El cholo Vizcarra

  • Nos cuesta ser República, los rezagos de la Colonia aún están intactos:

La broma pesada del congresista limeño Carlos Bruce Montes de Oca, recordando el criterio para ubicar al actual presidente provinciano Martín Vizcarra Cornejo en la plancha presidencial de Peruanos Por el Kambio (PPK), nos hizo pisar tierra de que el sueño de ser una República libre de prejuicios raciales, es una tarea aún pendiente.
El blanco Bruce, sin querer queriendo, relató a un medio capitalino, que cuando armaban la plancha presidencial de PPK para las elecciones del 2016, se dieron cuenta que había mucha piel europea en la propuesta; estaba ya como candidato que encabezaba la fórmula, el gringo Pedro Pablo Kuczynski, la afrancesada Mercedes Araoz y de seguro otro político de Miraflores. Entonces, decidieron bajar la raza pura de la plancha y pusieron al mestizo y provinciano Martín Vizcarra, que, por azares del destino político, terminó siendo presidente de la república, nada menos.
Todos habíamos creído, pecando de ingenuos, que el criterio para elegir a Vizcarra como parte de la fórmula, era su exitosa carrera política en su natal tierra y sus valores personales en el manejo de la cosa pública. Pero nos equivocamos, ahora sabemos entre broma y broma que primaron otros sub criterios.
Recordemos que el ingeniero Martín Alberto Vizcarra Cornejo, en pleno inicio de la campaña para las Elecciones Generales 2016, era gobernador regional de Moquegua. Esa pequeña parte del Perú profundo, había hecho noticia en cuestiones educativas, pues su gobernador, había liderado el sector educativo destinando importante inversión en el sector; y los resultados se evidenciaron, cuando Moquegua ocupó el primer puesto nacional en cuanta medición de la calidad educativa se aplicaba. La fórmula del éxito fue simple: si quieres óptimos resultados, invierte estratégicamente.
Una buena cantidad de planchas presidenciales, coquetearon con el exitoso gobernador regional; pero finalmente, se le vio en el trío de Kuczynski junto a Meche Araos. La fórmula entonces, aparentemente, combinaba la experiencia de un economista global, una mujer política y un ingeniero descentralista. Con lo dicho en estos días por el congresista Bruce, toda esta tesis republicana, se desplomó. Un oscuro criterio medieval asomó en la ventana de esta siempre polémica vida política peruana.
El color de la piel, el estatus social, la billetera, la forma de tu rostro y tu forma de hablar, como en la era colonial, es parte del criterio que aún divide irreconciliablemente a los peruanos. Blanquitos, de alta alcurnia, ricos, nariz respingada y hablar alimeñado; versus, peruanos cobrizos o negros, del populorum, pobres, nariz ondulada (tucán) y hablar provinciano. La costa versus la sierra.
Los de la selva, en este esquema, ni contamos. Somos peruanos de tercera categoría, como lo sustentó el extinto político criollo Alan García Pérez (AG). En un conflicto de los intereses del centro limeño versus los intereses de la periferia amazónica, AG acuñó el famoso discurso racista: de que un puñado de pobladores de tercera categoría (los nativos, los selváticos) no pueden mandar sobre los intereses de la mayoría de peruanos (primera y segunda categoría) en el manejo de los recursos y riquezas del suelo y subsuelo amazónico. De esta tenebrosa tesis discriminatoria, surgió la orden policial para abrir fuego sobre los nativos que protestaban en la Curva del Diablo en Bagua. Este hecho de ninguneo, como la sal en la herida, surgió la represión brutal bautizada por la prensa como “El Baguazo” (junio del 2019).
En esta aún republiqueta de peruanos estratificados por su piel o su condición socio económica, los peruanos de a pie luchamos por llegar al Bicentenario (28 de julio del 1821 al 28 de julio del 2021) con los cimientos de una verdadera República que integre a todos los peruanos en un pueblo unido en donde se respeten las diversidades geográficas. Una patria de todas las sangres, que se respeten las diversidades étnicas. Una sociedad para todos, que mire la persona y no sus condicionamientos superficiales. Un Perú Republicano que supere sus traumas coloniales. Así sea.