La pérdida del personal de salud durante la primera y segunda hola que esperamos no haya una tercera o no sea nada fuerte, nos ha dolido y seguirá doliendo en el alma por un tiempo indefinido, como seguiremos sintiendo la partida de muchos a causa de la pandemia.
En este caso estamos hablando de las víctimas que contrajeron la enfermedad en el ejercicio de sus funciones, pero que no pudieron superarlo y lamentablemente partieron físicamente de forma definitiva de este mundo.
Sus compañeros de trabajo los han recordado en una ceremonia donde les rindieron digno homenaje, pero ellos ya no están y tenemos la esperanza que desde algún lugar hacen lo posible para que esta pandemia llegue a su final, como acá que la lucha continúa en otro terreno.
Han sido calificados como los héroes de la salud, entre otras denominaciones de agradecimiento que se ajustan a las circunstancias vividas y que todavía seguimos viviendo, permanentemente invocando al autocuidado con las medidas de bioseguridad.
Nada fácil decir que ya no están, las lágrimas brotan, se detienen, se sienten, se consuelan, nos resignamos, pero seguimos recordándoles con cariño de familiaridad, de amistad o tan solo de saber que existieron y se expusieron por cumplir con su deber de salvar vidas, nos conmueve.
Todavía está el nudo en la garganta que en algún momento saldrá a liberarse, mientras naturalmente se abstiene quizás porque tenemos que permanecer en pie lo menos débiles posibles.
Por todas estas emociones y en reconocimiento a la labor en salud que cumplieron en vida, nos unimos a este homenaje y que estos ejemplos de coraje y humanidad siga con el ruego al Señor que cesen las muertes y todos los que hoy padecen del Covid-19 u otras enfermedades puedan recuperarse pronto.
Lo Último
Digno homenaje
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