Es constante el reclamo de los vecinos consumidores de productos del campo a la ciudad, que tienen que comprar a precios muy altos en lugares donde se entiende es a precio de productores, cuando en la realidad no es así.
Qué pasa en un día normal en la ribera sea del río Itaya o Nanay, no decimos Amazonas porque está casi a la vuelta mirando desde la ciudad de Iquitos, pero desde esas orillas también vienen loretanos que se dedican a producir en sus chacras.
Todos los productores vienen en sus embarcaciones, y es más notorio en esta parte del río Itaya, que incluso antes que se acomoden en el puerto o atracaderos, ni esperan eso, más bien llegan hasta las pequeñas embarcaciones fluviales y los abordan pidiendo adquirir a precios que resultan muy bajos, en comparación del costo que imponen arriba, vale decir como actualmente en la explanada, al borde de la pista.
Hasta este nivel del terreno o área donde se ofrecen los productos, tanto los verdaderos productores más experimentados que se niegan a vender a los rematistas y ellos mismos comercializan sus productos y lo ofrecen a precios muy accesibles. La diferencia con los precios de los rematistas es bastante notoria.
Al punto que el precio de los rematistas suena a abuso, por decir que, si compraron una papaya al productor a 50 céntimos, ellos lo ponen a 4 soles, es solo una muestra. Entonces es la razón del reclamo de los consumidores.
El tema es, cómo hacer para que los productores, los hombres y mujeres que trabajan en la chacra a sol y sombra, y con lluvia, puedan vender sus productos a un precio accesible y tener un mejor margen de ganancia en mérito a su esfuerzo. No tenemos nada en contra de los rematistas, pero exageran, aunque el punto es hacer justicia a los verdaderos campesinos.
Diferencia notoria
