Derechos e imposiciones

Las leyes peruanas, muchas, andan traídas de los pelos, por la sencilla razón de que quienes legislan, poco o nada conocen de la realidad del país. Una cosa es ser representante de la costa, de donde puede estar muy enterado, pero ese mismo legislador, que nunca ha venido a la selva, que no conoce cómo se vive aquí, donde en las cuencas amazónicas peruanas, las comunidades indígenas y campesinas son ancestralmente las que han cuidado el medio ambiente y defendido el territorio de la más grande región del país, esos mismos que en el pasado han sido vejados y asesinados por los patrones del caucho entre muchas otras consideraciones, no está en condiciones de votar a favor de una ley que no es justa, que atropella los derechos de nuestra gente, sólo porque su partido quiere tener un instrumento que le permita negociar con transnacionales a las que no les importará, en lo más mínimo, respetar el medio ambiente, porque en el negocio del petróleo todo se pisotea porque los millones de dólares están primero.
Si aquel representante que alienta legislar a espaldas de una población que siente en carne propia cómo se va destruyendo su hábitat, su territorio, su casa, su fuente de vida, su flora, su fauna y sus aguas que se contaminan con residuos químicos, es un peruano, más le hubiera quedado  mejor no serlo. No podemos ser ajenos, como representantes de todos los peruanos, a los padecimientos que tienen nuestros indígenas, a su justa protesta e indignación cuando ven que el poder del dinero arrasa con sus vidas.
El Congreso de la República, insensiblemente, atropellando los más elementales derechos de los nuestros, ha aprobado la Ley No. 30327, de Promoción de las Inversiones para el Crecimiento Económico y el Desarrollo Sostenible. El nombre más acertado para esta norma legal hubiera sido «Ley Que Impide la Titulación de los Territorios de las Comunidades Indígenas y Campesinas».
Nadie desconoce que la explotación petrolera ha traído uno y mil problemas a nuestra región y eso no parará, porque para el gobierno, en este caso el Estado, primero está la inversión extranjera, así venga a destruir el medio en que vivimos o apoderarse poco a poco de todo lo que es, hasta ahora, nuestro. En todo caso, deberíamos comenzar por respetar nuestros derechos como población, como colectividad, como peruanos.