- Los niños y adolescentes son los más afectados en Loreto, reportando más de 2,700 casos, lo que impacta en su desarrollo, educación y genera mayores gastos en las familias.
El dengue sigue afectando con fuerza a Loreto, dejando al descubierto las debilidades del sistema de salud y la precariedad de los servicios básicos en la región. Hasta abril de este año, se han registrado 5,538 personas afectadas, más del doble que en el mismo periodo de 2024, lo que representa el 19% del total de casos a nivel nacional. Además, en lo que va del año se han reportado siete fallecimientos en Loreto.
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura de zancudos infectados. Los síntomas incluyen fiebre alta, dolor muscular y náuseas. La enfermedad suele durar entre 5 y 7 días, aunque la recuperación completa puede tomar más tiempo si hay complicaciones. Se puede controlar con reposo, hidratación constante y medicamentos para reducir la fiebre y el dolor. En casos graves, es fundamental recibir atención médica inmediata.
La Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) identificó que los niños y adolescentes son los más afectados, con un total de 2,788 casos. Además, cinco de los siete decesos causados por el dengue fueron en menores de 14. La continua exposición al aire libre, a través de actividades de recreación, y un sistema inmunológico en desarrollo los hace especialmente vulnerables. Las consecuencias de este brote no solo impactan su salud, sino que también en su educación y bienestar social. Esta situación ejerce mayor presión sobre un sistema de salud regional que ya enfrenta serias deficiencias.
“El sistema de salud en Loreto es deficiente y no está diseñado para hacer frente a una demanda creciente de atención médica. Los casos aumentan cada día, pero la región sigue siendo una de las que cuenta con menos camas hospitalarias por habitante: apenas 211, y el 83% ya se encuentran ocupadas”, advirtió Franco Saito, economista de REDES.
En ese sentido, el especialista indicó que la prioridad debe ser fortalecer la atención primaria y asegurar que los centros de salud cuenten con los recursos necesarios para atender a tiempo a los pacientes. Esto permitiría contener la enfermedad en su fase inicial y evitar su progresión hacia formas graves que requieren cuidados intensivos, un nivel de atención especializado del que Loreto no cuenta con una amplia cobertura.
Otro factor determinante en la propagación del dengue es la falta de acceso al agua potable. En Loreto, solo el 11% de hogares cuenta con agua por 24 horas, según la última Encuesta Nacional de Hogares. Esto obliga a las familias a almacenar agua en baldes, tinas o tanques, lo cual genera criaderos para los zancudos que transmiten la enfermedad. Así, la carencia de servicios básicos se transforma en un problema de salud pública.
EL COSTO DE LA ENFERMEDAD: SALUD PRECARIA Y GASTOS QUE AHOGAN
El dengue también genera un fuerte impacto económico. Por ejemplo, cuando alguien enferma, las familias se ven obligadas a destinar dinero que tenían planificado para otros conceptos, como alimentación o servicios, para cubrir los costos de la atención médica.
“En Loreto, el gasto de bolsillo en medicamentos y servicios de salud ha aumentado en 54% y 14% en la última década, respectivamente. Según datos de 2022, una persona necesita en promedio casi S/280 para adquirir sus medicinas y alrededor de S/340 para cubrir una consulta o tratamiento, montos que muchas familias no pueden afrontar con facilidad. Recordemos que en Loreto el 43.5% de la población se encuentra en condición de pobreza, la segunda tasa más alta del país”, sostuvo el especialista.
La enfermedad, además, causa ausentismo, tanto escolar como laboral, agravando aún más la pérdida de ingresos y productividad. Según un estudio estadounidense, los estudiantes hospitalizados por dengue perdieron entre 5 a 6 días de escuela, mientras que los trabajadores perdieron entre 9 a 10 días en promedio por cada infección.
“Evitar que el dengue se propague no depende solo de fumigar o reaccionar cuando los hospitales colapsan. Se necesita una mejor gestión de los recursos, con prioridades claras y sostenidas. Es urgente asegurar la provisión del servicio de agua, proveniente de fuentes que no obliguen al almacenamiento en recipientes abiertos. También se requiere fortalecer el primer nivel de atención de salud, mejorar la infraestructura sanitaria y planificar con enfoque preventivo, no reactivo. Mientras no atendamos estas fallas estructurales, seguiremos atrapados en el mismo círculo, sobre todo en una región donde el calor y la lluvia crean el ambiente ideal para la reproducción de mosquitos”, concluyó Saito.