Cuninico pide declaratoria de Emergencia por contaminación petrolera

  • Señalan en asamblea con autoridades, que están dadas todas lascondiciones por el daño descomunal generado en su quebrada.


Al llegar a Cuninico la madrugada del domingo 18 de septiembre, observando las estrellas tan cerca y luminosas que parecían estar sobre el techo de las casas de las 272 familias de esa comunidad nativa; no podíamos –aun- imaginar la magnitud de la tragedia que envolvía a ese pueblo y otras comunidades cercanas.
Apenas los rayos de luz se filtraron por las casas construidas con tablones de madera, fuimos a observar la quebrada de Cuninico que sale directamente al principal tributario del río Amazonas; el río Marañón. Fue fuerte observar que los cordones de contención estaban repletos de petróleo pesado y que en una gran cantidad ya habían permitido que este siga incontenible hacia el Marañón.
Los botes de los pobladores, que en días de aguas limpias les sirve para ir de pesca y traer las especies, ahora solo eran canoas negras, llenas de aceite pesado. Hasta ahí se pensaba que el derrame había afectado grandemente la zona. No imaginábamos lo que veríamos horas más tarde.
Junto al Defensor del Pueblo, Abel Chiroque, que ha jugado un rol preponderante en el atroz acontecimiento, integrantes de OEFA, ANA, el teniente gobernador de Cuninico y colegas de Ucamara/Nauta; a bordo de una canoa bajo un sol hiriente, muy hiriente, se pudo recorrer la quebrada por una hora y media. En la ruta se vio los cordones de petróleo y aves afectadas que fueron recogidas para que tomen agua y ponerlas a buen recaudo. Evidencias del daño a la flora y fauna, pues las hojas y troncos de árboles estaban muertos.
Bajando de la canoa se emprendió la caminata y por primera vez, nosotros pudimos observar de cerquita el Oleoducto Norperuano. Un tubo muy ancho y largo que traslada el petróleo desde Trompeteros, pasando por la quebrada Cuninico. Tiene casi 50 años. El Estado nunca le ha dado mantenimiento, Petroperú quiso que pobladores cuidaran su extensión, pero sin pagarles ni un sol. ¿Y quién trabaja gratis?
A partir de ese punto, el impacto fue sobrecogedor. Toda la zona por donde está anclado el oleoducto se mostraba negra. Un callejón muy oscuro al que Petroperú no le puso las barreras de contención a tiempo. Echa la culpa a los moradores indicando que no le permitieron hacerlo desde el comienzo, más en diálogo con el Defensor del Pueblo, el mismo representante de la empresa le contó que recién estaban llegando 15 mangueras de contención que irían a colocar en la boca de la quebrada con el Marañón. Cuando el crudo ya había violado el espacio del río grande.
Además, expresó que en la rotura del oleoducto habían colocado una grapa de madera, no metálica como dice la empresa petrolera. Es decir, ésta desinforma a la colectividad en torno a los verdaderos actos ocurridos. Para llegar al punto 42 del oleoducto donde ocurrió el último derrame, de mayor magnitud que el del 2014 según propios y extraños; se caminó 2 horas de ida y dos horas de vuelta, más o menos. La imagen del callejón oscuro que cubría el oleoducto a causa del petróleo pesado que avanzaba; no es fácil de olvidar.
Al volver al pueblo las madres de familia organizadas habían preparado sopa de pollo en olla común que de manera amable invitaron. Al siguiente día hicieron sopa de res con la poca agua que les quedaba, la res la regaló un candidato.
El alcalde de Urarinas Jimmy Linares, no se ha dado por enterado de nada. Menos el gobierno regional de Loreto. Una vergüenza tamaño desinterés. Nunca se hizo presente la gerencia regional de salud, por lo menos hasta el lunes en la noche. Tampoco la gerencia regional del ambiente, estuvo haciendo acciones sin relevancia en Iquitos, en vez de haber ido a la zona.
Tal como se había quedado un día anterior, se desarrolló una reunión en la casa comunal de Cuninico. Llegó la fiscal de medio ambiente Alexandra Méndez, los representantes de Petroperú del área de relaciones comunitarias, OEFA, Osinergmin, Defensor del Pueblo, representante de la Marina de Guerra.
Pero sobre todo estuvieron los principales dirigentes de Cuninico como el Apu Watson Trujillo, Galo Vásquez, así como el Tnte. Gobernador. Varones de la comunidad y sobre todo muchas madres con sus hijos desfalleciendo de sed. Petroperú recién envió el lunes 50 cajas, cada una con 20 litros de agua que no es nada frente a una súper temperatura que se registra en estos días.
Pese a que el pueblo se deshidrataba porque hasta las bebidas descartables se agotaron en las pocas tiendas; las cajas quedaron en custodia del señor Mauro Alvarado, representante del consorcio Tingo Perú, o sea, de la empresa subcontratista que hace limpieza del petróleo. ¿Por qué? Se supone que el agua debió llegar y enseguida ser repartida porque era para ellos. No para que entreguen y dejen en custodia al empresario. El pueblo está siendo muy tolerante.
En la reunión predominó el pedido de agua y alimentos. Una madre escuchó que les darían una canasta. ¿Y qué comeremos y tomaremos después si la quebrada ha sido dañada terriblemente por lo que la remediación durará muchos meses? Preguntó.
Los dirigentes dijeron que de no ser atendidos como se debe, tomarán acciones en su derecho a la protesta ya que han vulnerado y dañado su vida. Agregaron que esos acuerdos ya los tomarían de manera interna.
Piden la presencia del presidente Pedro Castillo, a fin que observe el gran callejón de petróleo que irremediablemente está yendo a parar al río Marañón. Los dirigentes desmintieron que algún poblador de ahí haya cortado el oleoducto, pidiendo a las autoridades que investiguen bien y de hallar culpables que los metan por muchos años a la cárcel. Galo Vásquez, pidió que haya una declaratoria de emergencia, porque todas las condiciones estaban dadas a fin que los pueblos sean atendidos de manera inmediata.
Varios hombres, utilizando sus botes manchados por el hidrocarburo, hacían tareas de limpieza. Les pagarán entre 90 o 100 soles por día. Un abuso grande porque lo que ganarán no les servirá después para ir a un médico a ver sus afecciones producto de inhalar ese hidrocarburo, o mandar a arreglar sus botes.
Los hombres contratados, como 50, se colocaron el mandil blanco y empezaron a moverse por todo el sector a recoger la maleza contaminada para luego colocarla en bolsas, en bidones, botellas, etc. Las evidencias. Las empresas subcontratadas se encargaron de hacerlo. Muchos presumen que ellos mandaron a hacer esos desastres para luego beneficiarse con el trabajo. La fiscalía del ambiente debe investigar. Mauro Alvarado, uno de los subcontratistas, desmintió esa posibilidad de manera categórica.
Lo real es que Cuninico y otras comunidades aledañas, siguen sumidas en una pobreza que golpea la vista y la razón. También el corazón. Hoy más porque si ellos lograban sortear esa pobreza alimentando a sus hijos con peces de la quebrada, ahora no podrán hacerlo y ésta se seguirá ensañando, matándolos lentamente y encima con el estigma de que ellos son los culpables de su propia tragedia. De esa forma el Estado y la empresa petrolera se lavan las manos.
(Luz Marina Herrera Lama).