En los últimos años, la forma de consumir contenido audiovisual ha cambiado drásticamente. Las plataformas de streaming, los servicios bajo demanda y la posibilidad de acceder a miles de películas, series y aplicaciones directamente desde el televisor han transformado la experiencia frente a la pantalla. Sin embargo, no todas las televisiones cuentan con la tecnología necesaria para aprovechar estas opciones, especialmente si hablamos de modelos más antiguos. Es aquí donde entran en juego los dispositivos para hacer “smart” cualquier TV, convirtiéndolos en verdaderos centros de entretenimiento.
La variedad de opciones en el mercado es amplia, desde modelos económicos y funcionales, hasta propuestas más avanzadas y potentes. Elegir el mejor dispositivo dependerá de factores como la compatibilidad, el rendimiento, la calidad de imagen, la facilidad de uso y, por supuesto, el presupuesto. A lo largo de esta nota exploraremos los puntos clave para tomar la mejor decisión y lograremos entender qué dispositivo se ajusta más a tus necesidades.
La importancia de convertir tu televisor en un centro multimedia
Un televisor inteligente no se limita a reproducir canales tradicionales. Un dispositivo para hacer smart tu TV abre la puerta a un universo de posibilidades: desde aplicaciones de streaming de video y música, hasta navegadores web, juegos, control por voz y sincronización con otros aparatos del hogar. Es, en definitiva, un salto hacia una experiencia más interactiva y personalizada.
Además, al sumar esta tecnología, se puede extender la vida útil de un televisor que todavía funciona perfectamente pero que no tiene acceso a las plataformas y funciones modernas. En lugar de invertir en una nueva pantalla, incorporar un dispositivo externo, como el onn o el Google Chromecast, es una solución más económica y ecológica.
Factores a considerar antes de elegir
No todos los dispositivos ofrecen la misma experiencia, y elegir uno requiere analizar varios puntos. La calidad de imagen y sonido es fundamental, especialmente si buscas disfrutar de contenido en alta definición o 4K. También es importante el sistema operativo, ya que de este dependerá la variedad de aplicaciones disponibles y la facilidad de navegación. La conectividad, tanto en puertos HDMI como en conexión Wi-Fi o Bluetooth, también marca la diferencia en la experiencia de uso.
Otro aspecto esencial es la velocidad de respuesta y la estabilidad del sistema. Un dispositivo que se cuelga o tarda demasiado en abrir aplicaciones puede arruinar la experiencia de usuario. También conviene fijarse en si incluye funciones extra como control por voz, compatibilidad con asistentes virtuales o integración con otros aparatos inteligentes del hogar.

Ventajas frente a comprar un televisor nuevo
Mucha gente se pregunta si no sería mejor adquirir un televisor moderno en lugar de invertir en un dispositivo externo. La respuesta dependerá de las circunstancias, pero en la mayoría de los casos, optar por un accesorio para hacer smart tu TV es más rentable. La diferencia de precio es notable y, en la mayoría de las situaciones, el resultado es prácticamente el mismo en términos de acceso a contenido.
Además, estos dispositivos suelen ser portátiles, lo que significa que puedes utilizarlos en diferentes televisores o incluso llevarlos contigo cuando viajes. Esto es especialmente útil si te hospedas en un lugar donde el televisor no tiene acceso a las aplicaciones que sueles usar.
Una experiencia adaptada a cada usuario
Lo interesante de este tipo de dispositivos es que hay opciones para todo tipo de público. Quienes buscan lo básico pueden encontrar modelos simples y fáciles de instalar, mientras que los más exigentes pueden optar por versiones con procesadores más potentes, mayor memoria interna y soporte para resoluciones de última generación.
Por ejemplo, algunos modelos están diseñados pensando en usuarios que consumen mucho contenido en streaming, priorizando una interfaz intuitiva y rápida. Otros, en cambio, se enfocan más en la integración con dispositivos domésticos inteligentes o en la compatibilidad con consolas de videojuegos.
Incluso hay dispositivos que ofrecen acceso a un ecosistema más amplio de funciones, permitiendo manejar desde el televisor aspectos como la iluminación del hogar, cámaras de seguridad o la reproducción de música en distintas habitaciones. En este sentido, elegir el mejor dependerá de qué tanto quieras centralizar tus dispositivos y servicios en una sola plataforma.
El diseño y la facilidad de uso
Aunque pueda parecer un detalle menor, el diseño influye en la experiencia. Los dispositivos más pequeños y discretos suelen ser más prácticos, especialmente si el televisor está colocado en un soporte de pared o en un espacio reducido. El mando a distancia también juega un papel importante: botones bien distribuidos, acceso rápido a aplicaciones y, en algunos casos, control por voz, hacen que el uso sea mucho más fluido.
La instalación es otro punto a considerar. La mayoría solo requiere conectarlo al puerto HDMI y a una fuente de alimentación, y luego configurarlo siguiendo unos pocos pasos en pantalla. Sin embargo, hay modelos que hacen este proceso aún más rápido y sencillo, lo que es ideal para personas que no quieren complicarse con configuraciones técnicas.
Ejemplos de opciones destacadas
En el mercado hay propuestas muy variadas. Algunas destacan por su excelente relación calidad-precio, mientras que otras sobresalen por integrar funciones premium. Hay modelos que priorizan la compatibilidad con ciertos ecosistemas de marcas específicas y otros que ofrecen una experiencia más abierta y flexible.
En este abanico de posibilidades, opciones como onn han logrado una buena reputación gracias a su equilibrio entre precio accesible, calidad de imagen y una interfaz sencilla de manejar. Este tipo de dispositivos demuestra que no es necesario gastar demasiado para conseguir una experiencia fluida y funcional.
El futuro del entretenimiento en casa

Todo indica que la tendencia hacia televisores más conectados y multifuncionales seguirá creciendo. Las plataformas de streaming continúan ampliando su catálogo, la calidad de imagen evoluciona hacia estándares cada vez más altos y la integración con el resto de los dispositivos del hogar es cada vez más natural.
Esto significa que, incluso si tu televisor actual no es “inteligente”, puedes mantenerte al día con las últimas tendencias simplemente añadiendo un dispositivo que lo actualice. Es una manera de adaptarse a la tecnología sin necesidad de reemplazar todo el equipo.
En un mundo en el que el consumo de contenido es cada vez más inmediato y personalizado, tener un televisor adaptado a las necesidades actuales deja de ser un lujo para convertirse en una comodidad casi imprescindible. El acceso rápido a tus series, películas y aplicaciones favoritas, junto con la posibilidad de controlar otros aspectos del hogar, transforma por completo la manera en la que interactuamos con la pantalla más grande de la casa.
Una inversión que vale la pena
Convertir tu televisor en un equipo inteligente con un dispositivo externo es, en la mayoría de los casos, una decisión acertada. No solo es una opción más económica que comprar un televisor nuevo, sino que también ofrece flexibilidad, portabilidad y una experiencia personalizada.
La clave está en identificar tus necesidades y elegir el modelo que mejor se adapte a ellas, teniendo en cuenta aspectos como la calidad de imagen, la facilidad de uso, la compatibilidad y las funciones adicionales que pueden hacer tu día a día más cómodo. Con la elección correcta, tu viejo televisor puede transformarse en un centro multimedia moderno, listo para brindarte horas de entretenimiento de calidad.





