POR: JUAN SOREGUI VARGAS.
La preocupación por restaurar los recursos ícticos de nuestros cuerpos de agua data de hace décadas. En los años 60 y 70 del siglo próximo pasado, un grupo de personas dirigidas por el señor Arturo Miyake , recolectaba alevinos de paiche de la cocha zapote, los criaba en estanques de la base Yarina de la reserva Pacaya-Samiria y cuando ya tenían un tamaño adecuado los soltaban en cochas cercanas. Muchos de estos ejemplares fueron trasladados al criadero de Quistococha y otros fueron a parar en el lago sauce en el departamento de San Martín.
En 1978, cuando trabajábamos en el criadero de Quistococha, con el asesoramiento de los biólogos James Beuzeville Zumaeta, Andrés Urteaga y Reiner Eckmann, ejecutamos, entre otras actividades, una evaluación del recurso íctico de la cocha. Para iniciar el trabajo hicimos morfometría y batimetría del lago (forma y profundidades, con mapas) toma de datos físico-químicos del agua y afluentes o efluentes del mismo y determinamos nuestras estaciones de muestreo. Todos los días durante un año, colocamos redes en las estaciones de muestreo a las cinco de la tarde y los revisamos al día siguiente o dos veces en las noches, apuntábamos horas de exposición de las redes, capturas, gente trabajando, tipo de bote, etc. En el día salíamos a anzuelear y en la noche a picar peje. Todo era registrado y luego medido su longitud, su peso, análisis estomacal, longitud de intestinos y de estómago, sexo y madurez de las gonadas, y otros mas que exigía el método científico. A raíz de este inventario anual, propusimos a la alta dirección de pesquería, hacer un repoblamiento de la cocha con gamitana, paco y sábalo, con actividades de educación a la población y con la finalidad de organizar una pesca deportiva para autofinanciar nuestras otras actividades. Como siempre la burocracia no lo tomó en cuenta y vinieron los de áreas de parques y decidieron hacer lo que ahora se conoce como parque turístico.
En el 2000, cuando laboraba en el laboratorio del IIAP de Quistococha, de manera eventual, conversé con el jefe del programa, sobre esta posibilidad de repoblación del cuerpo de agua y les comenté a los integrantes de esa área del IIAP mis experiencias y coincidimos en que ellos también estaban interesados en un programa de repoblación de esta laguna. Con lo conversado se hizo el análisis respectivo del cuerpo de agua, y con el permiso correspondiente de otras instituciones ligadas a este centro turístico se hizo la actividad de sembrar miles de gamitanas y pacos en esta cocha. La población sensibilizada de los alrededores reportaba lo que pescaba, de tal manera que al año se tenía datos de longitud y peso, que se registraba en las áreas de evaluación de pesca del programa AQUAREC.
Esta actividad realizada por el IIAP, ha generado de una u otra manera beneficios a los cientos de pobladores de los alrededores de la cocha. La empresa loretana Amazon Business & Consulting (ABC) en un trabajo de difusión y contacto de capacitación con docenas de pobladores de esta área comprobó la bondad de esta actividad. Estoy seguro que con los datos obtenidos los investigadores tienen ya una idea de la composición de la población íctica y del impacto que ocasiona esta repoblación la socio-economía y el ambiente. Al IIAP le resultó más fácil implementar esta propuesta porque ellos producen millones de alevinos de estas especies, que han sido utilizados incluso en repoblaciones de algunos cuerpos de agua del Valle de los ríos Apurímac (VRA) contribuyendo de esta manera a proporcionar alimento de alta calidad proteínica, para apoyar a disminuir la desnutrición de pobladores de esa zona y al desarrollo sostenible de la Amazonía peruana. En algunos lagos de los Estados Unidos de Norteamérica se utiliza esta propuesta que tiene el IIAP y la empresa loretana ABC, para actividades de pesca deportiva, que genera miles de puestos de trabajo y dinero sin afectar al ambiente.