Contraloría se desarma

Una de las principales entidades en la lucha contra la corrupción es la Contraloría General de la República, que viene afrontando las graves consecuencias del recorte presupuestal que sufrió en más de 38% para este año 2025.
Y a cinco meses de transcurrido este año el contralor César Aguilar Surichaqui, parece no pudo más y alzó la voz a través de una conferencia de prensa en Lima, para advertir que se enfrentan a un escenario de perder el 56.7% de sus trabajadores.
Fue claro, y señaló que este escenario con menos trabajadores no permitirá garantizar la continuidad de la operatividad y funcionamiento en gastos relacionados a las auditorías y servicios de control específico en todo el territorio nacional.
Y una de las armas para combatir la corrupción es a través de las auditorías que con menos personal calificado será muy difícil afrontar para la Contraloría General de la República en todas sus oficinas regionales.
El contralor Aguilar ha dicho también que hizo estas advertencias al Ministerio de Economía y Finanzas, al Congreso de la República, a la Presidencia de la República y a la Presidencia del Consejo de Ministros, para que les atiendan con una demanda adicional de recursos que permitiera mantener los niveles de operatividad institucional, pero no les han tendido con lo solicitado.
Ha reclamado que afrontan esta crisis en pleno contexto de mayor necesidad de control gubernamental en un año preelectoral y resulta claro que la independencia para contribuir al uso eficiente de los recursos públicos en beneficio de todos los peruanos, “se está viendo restringida por las severas limitaciones presupuestarias”.
La Contraloría es un ente clave en la lucha contra la corrupción en el país y se evidencia que los más altos poderes políticos del Estado la están debilitando en lugar de fortalecerla, así el Perú seguirá figurando lamentablemente entre las naciones con más corrupción en el mundo.