- Ronal Enrique Queija Esteves, habla del poco apoyo que se da a la cultura.

Él nació en Iquitos, hace ya algunos años. Ha luchado –casi en vano- contra la corrupción en el aspecto político regional, pero ello no le ha quitado ganas para seguir adelante en su producción literaria. Hace unos 5 años se jubiló de sus labores en la empresa privada y se dedicó a escribir sobre hechos que de una u otra forma había conocido.
“Por razones de trabajo yo estuve en un tiempo por zonas donde se veía ese tipo de actividades. Mucho narcoterrorismo, estoy vivo porque Dios es grande. Mi libro quizá tiene el 80% de veracidad en cuanto a lo observado y el resto es novelesco. La mayoría de personas que lo han leído me dicen que se debería hacer una película, que es interesante. Me gustaría que la gente lo lea, que sepan la realidad del narcoterrorismo en una parte del Perú.
Sobre todo, los jóvenes para que no se dejen engañar. Los terroristas viven de los narcos, parte de la plata es para el estado, el ejército, la policía, los terroristas. Todo el mundo se llevaba la plata, una vergüenza y corrupción total. A la fecha no ha cambiado nada en el mundo del narcotráfico y el estado. Todo financiado por los narcotraficantes, la gente ni se preocupa de eso, menos las autoridades porque les interesa recibir plata. Lo único que ha sucedido con la cocaína es que se ha reducido el consumo anual.
Antes consumían en el mundo entre 12 a 13 mil toneladas anuales, ahora están por las 500 toneladas. La baja se debe a que han aparecido cientos de drogas nuevas, en pastillas y diversas presentaciones, que al parecer son más efectivas, más baratas y con efectos más rápidos” comenta.
¿Y espera que tenga acogida su libro?
-El problema es que yo no me apellido Vargas Llosa o García Márquez. Fui a Lima y envié cartas a muchos medios de comunicación para que lo difundan, incluso a Exitosa, pero nadie me dio un espacio. Nadie me contestó, si hubiera tenido plata estén seguros que hubiera salido en todos los medios, pero como no tengo, nadie me hace caso.
Antes imprimí 1,200 libros, la gran parte he regalado. Ahora nuevamente sacaré una edición y espero que lo adquieran. Pondré a venta en la librería que está en la esquina de Arica con San Martín, para que lo puedan obtener.





