Mientras recorríamos el Cementerio General de Iquitos, también reconocido como “Cementerio de Sitio” por su valor histórico y su infraestructura, recordamos la imagen del escritor Mario Vargas Llosa, recorriendo el lugar hace varios años, como parte de sus investigaciones para la consistencia de alguno de sus libros.
Mientras que también, observábamos los ramos por el Domingo de Ramos que se ofrecían en las afueras del cementerio y pensábamos en el ingreso triunfal de Jesús a Jerusalén, como nos cuenta la historia bíblica del cristianismo, y venía a nuestra mente la interrogante de cuántos triunfos necesitamos como sociedad, para ser exitosos comunalmente.
Y nuevamente la imagen de Vargas Llosa nos trajo a la mente el libro que lo elevó a ganar el Premio Nobel de Literatura “El Sueño del Celta”, y nuestra experiencia de empezar a leerlo y descubrir que en gran parte de la historia estaba Iquitos y sus sectores del Putumayo, y parte de Colombia, que, con la ficción literaria en base a hechos ocurridos, nos mostró los intereses internacionales en esa época del caucho y las atrocidades cometidas contra los indígenas.
Sentimos una enorme gratitud hacia Mario Vargas Llosa por este valioso documento literario magistralmente documentado, que, al margen de haber sido recreado literariamente, es una joya de la historia Amazónica. Horas después, nos llegó la noticia de su fallecimiento. Qué triste inicio de semana, pensamos, aunque desde la actividad cristiana qué fecha tan memorable en Domingo de Ramos, en el inicio de Semana Santa, el laureado escritor, nuestro ilustre compatriota nos dijo adiós físicamente.
Si bien en otra época muy pasada nos enojamos con su libro “Pantaleón y las visitadoras” por considerarla en esos años de la juventud, una historia denigrante para la mujer loretana, en el tiempo entendimos que la composición literaria tiene mucho de imaginación también, tal vez, sin proponérselo, aunque podríamos sentirlo así, se reivindicó con nosotros los loretanos con el “El Sueño del Celta”. Y como todos los seres vivos tenemos un inicio y un fin, le tocó ahora a usted muy apreciado y respetado Don Mario Vargas Llosa. Gracias por mucho. Descanse en paz.
Cementerio de Sitio
