– El caso de un bebé diagnosticado con polio en la Amazonía peruana ha puesto en evidencia las deficiencias en la vigilancia ante eventuales brotes.
“Así como la falta de claridad en la información proporcionada por el sector salud y las brechas en la vacunación regular. Desde Loreto, OjoPúblico reconstruye lo ocurrido con el menor, que no contaba con vacuna antipolio y ha sido traslado a Lima tres meses después de haber presentado parálisis flácida en las piernas.
En el distrito de Manseriche, donde vive la familia, hay centros de salud que registran 0% de cobertura de vacunación contra esta enfermedad. En Perú, más de 90.000 menores de seis meses no recibieron su vacuna antipolio.
El 24 de diciembre de 2022, los padres del bebé de iniciales K.S.R.C., de la comunidad awajún de Nuevo Belén, en la región Loreto, notaron que su hijo tenía fiebre, tos y que ya no podía mover las piernas. “No se movía ni un poquito, ni siquiera se podía sentar”, cuenta su padre de 27 años, quien pidió mantener su identidad en reserva.
Entonces, lo llevaron al Centro de Salud San Lorenzo, en el Datem del Marañón, y, luego, el 28 de diciembre, fue referido al Hospital Regional de Loreto. Ahí permanecieron más de un mes hasta que decidieron retornar a su comunidad. El pequeño no había recibido la vacuna contra la poliomielitis, ni otras del esquema regular.
Casi tres meses después de la aparición de esos primeros signos, el 22 de marzo pasado, el Ministerio de Salud (Minsa) lo reportó como un caso de poliovirus derivado de vacuna tipo 1 con síntomas de parálisis flácida aguda. Este hecho ha puesto en evidencia las deficiencias en la vigilancia epidemiológica, en la capacidad de respuesta ante eventuales brotes y las brechas en la vacunación regular, además de la falta de claridad en la información proporcionada por el sistema de salud pública.
Mientras que el Minsa señala que se trata de un caso aislado de un niño sin vacuna, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lo ha notificado como un caso confirmado y ha subrayado la importancia de alcanzar y mantener una cobertura de vacunación contra la poliomielitis superior al 95% en cada distrito o municipio para minimizar el riesgo de un brote.
La reconstrucción de los hechos evidencia que el sistema de salud ha llegado tarde a la atención del caso. “Ir ahora, para una situación de posible transmisión, ya es tarde. Se debió ir en enero. [La respuesta] es tan tardía que el escenario ya no es el mismo, lo tienen que hacer porque hay figuras políticas. Si yo me voy a dar cuenta tres meses después, eso no es vigilancia. El sistema debe mejorar”, enfatizó César Ramal, infectólogo del Hospital Regional de Loreto.
“Lo ideal hubiera sido que, de inmediato, también se envíe el mismo equipo que está ahora en la zona. Ese equipo debió llegar en enero”, resaltó. El infectólogo Juan Celis también consideró que este primer reporte debió servir para iniciar la vigilancia epidemiológica.
La parálisis es un síntoma, no es un diagnóstico definitivo. Por eso, [después de las opiniones de los especialistas del hospital regional], la muestra y la ficha se enviaron a epidemiología, que es la encargada de hacer la vigilancia de la parálisis flácida aguda.
Desde el momento en que tú has reportado la ficha y has mandado la muestra al INS, quiere decir que ellos [el personal del Minsa] ya sabían que había un caso sospechoso [de polio]”, dijo Juan Carlos Celis a OjoPúblico, en el amplio informe que hace.