Las caudalosas aguas de nuestro río Amazonas cuya categorización de amazonía lo compartimos con nueve países de América Latina y parte del Caribe, tiene lo que podríamos definir coloquialmente como caprichos en su cauce.
El principal capricho es que cada cierto tiempo inicia un cambio en su ruta, un desvío cuya fuerza de la corriente golpea en las orillas de las zonas altas, minando hasta provocar derrumbes de la tierra, lo que comúnmente conocemos como los barrancos.
Esto sucede en decenas de caseríos, comunidades y pueblos de nuestra región Loreto. Le ocurrió a Iquitos a finales de la década de los 80 cuando el cambio de cauce del río Amazonas iba a golpear la orilla de Iquitos a la altura del Malecón o Bulevar.
Las autoridades de entonces dragaron en la parte de debajo de Padre Isla como se le conocía en esa época a Isla Iquitos, y el golpe de la corriente fue a dar a la altura de lo que fue el poblado de Santa María, más abajo del embarcadero de Masusa, ya se imaginan lo que ocurrió, pues, Santa María desapareció, antes la gente se retiró del lugar.
Entonces este fenómeno de la naturaleza es común y ocurre cada cierto tiempo, en algunas zonas con más frecuencia como en Santa Rita de Castilla, capital del distrito de Parinari, donde ya conocemos varias versiones de ubicación del pueblo. Aunque en este lugar las familias se prevén con anticipación para reubicarse.
Otra zona que sufre de lo mismo es la localidad de Maypuco, de la cual ya conocemos tres versiones del pueblo, una cuando la plaza estaba a unas cuatro cuadras del atracadero, luego otra a una cuadra y la última ya se había desbarrancado toda la plaza, y la gente se trasladó hacia la zona alta del lugar conocido como Topal.
Siempre hemos estado conversando con los alcaldes y otras autoridades vinculadas a la prevención y a la defensa civil, que estas comunidades deberían tener un tipo de infraestructura de vivienda, tipo prefabricado para que sea más manejable y menos traumática las reubicaciones, que se van a dar siempre; o en todo caso como hicieron en algunos pueblos de Indiana que se reubicaron a otros pueblos de zonas altas y firmes, donde no corren ese alto riesgo.
El tema es que tenemos que aprender a convivir con la naturaleza de modo amigable y no desafiante como si pudiéramos detener el cambio del cauce del río, en ciertas condiciones como lo que les comentamos de Iquitos se podría desviar. Las autoridades competentes en hidrografía podrían dar sugerencias.
Caprichos del cauce
