Cambios visibles

Las campañas por la limpieza en las ciudades, pueblos y comunidades van dando poco a poco, con resultados alentadores. Venimos observando que varias cuadras del centro de Iquitos se encuentran sencillamente, limpias totales.
Los habitantes cada vez asumen como suya la responsabilidad de limpiar la ciudad y al mismo tiempo existe la voluntad de embellecer sus fachadas de forma sencilla, otros con más opulencia, pero, el resultado es el mismo, un lugar más agradable para vivir.
Son varios sectores que vienen impulsando el esfuerzo por un lugar limpio donde vivir, sea de origen público o del privado, así como iniciativas individuales que se suman a las campañas a favor de lograr una ciudad más limpia y por ende, saludable.
Las frases que impulsan las campañas son variadas, unas sugerentes, otras directas y hasta alguna expresión por ahí agresiva que para algunos está bien y para otros no. Acertadas o no, pero en conjunto vienen logrando cambios de actitudes y la atención del público.
Hemos podido apreciar veredas y patios junto a las pistas con un aspecto muy limpio, que en parte es el esfuerzo de los trabajadores del servicio de limpieza, pero también de la colaboración de los vecinos.
Una colaboración que se ha venido perdieron a lo largo de los años con la idea equivocada de que el Estado, a través de las municipalidades provinciales y distritales tiene que hacerlo todo, un poco más piden que les limpien el interior de las viviendas.
La figura actualmente va cambiando y afortunadamente son cada vez más personas que se suman a la campaña de la limpieza y esto es positivo. Una muestra es la vereda del Mercado Central por el lado de la calle Moore, para llegar a la calle Sargento Lores, que ya no acumula la basura a un borde de la pista con olores fétidos.
Entonces tenemos que taparnos la nariz, pero lo que no debe cerrarse son nuestros oídos, ni las ganas de seguir colaborando para que en muy poco tiempo empecemos a valorar nuestro trabajo voluntario en la limpieza.