Según algunos parlanchines defensores de la economía neoliberal, vivimos en el mejor de los mundos; tenemos un crecimiento sostenido, las inversiones vienen y deben seguir llegando para bien de todos. Este cacareo lleva ya 25 años, nada menos que un cuarto de siglo; crece el país a pesar de la crisis, pero no vemos el desarrollo, si así no fuera el presupuesto en educación se hubiera incrementado exponencialmente.
Lo que ha crecido hasta la náusea es la corrupción que en los más altos niveles ha afectado a los tres últimos gobiernos en una gradiente que llega como una gigantesca malagua a los más alejados gobiernos municipales. No obstante la crisis económica internacional (EE.UU, Europa, Asia) que retrajo el precio de las exportaciones principalmente mineras, el Perú sigue creciendo, es decir, hay dinero y como tal, el gobierno central, los gobiernos regionales y las municipalidades reciben como nunca antes, buenos recursos que lamentablemente no se traducen en beneficio del ciudadano común y corriente.
Veamos nomás a nuestra querida Iquitos, capital de la recientemente nominada Maravilla Natural. Sus calles llenas de baches y huecos, y lo que es peor sus veredas deterioradas que según el comentario general, fue «ocasionado por los chinos», refiriéndose así a la criticada obra de alcantarillado efectuada por el Gobierno Regional, a un costo millonario.
Ante esta situación ¿Qué han hecho los alcaldes que no exigieron la buena reconstrucción de las pistas y veredas? ¿Cuántas multas han impuesto a las empresas que trabajaron para los chinos?
Esta caótica situación refleja una indolencia total, es la falta de respeto al ciudadano y un desamor por la ciudad. Camine Ud. por cualquier calle y encontrará a éstas y sus veredas con verdaderas trampas mortales, hay huecos enormes, hundimientos producidos por la mala compactación o los desniveles de las veredas que más de un accidente habrá ocasionado a los transeúntes.
Pobre ciudad, no mereces estar así habiendo recibido tanto dinero en estos últimos 30 años (canon petrolero, ley 24832, recursos presupuestales, etc.) tanta plata solo ha fomentado la aparición de nuevos ricos que cargan trojas llenas de coimas producto de actos reprobables reñidos con el espíritu y vocación de servicio que debe animar a quienes reciben el altísimo honor de ser ungidos por el voto popular. Ahora que se vienen las elecciones ¿volverá a producirse el mercado persa de la compra – venta de votos?
No quiero concluir esta nota, sin mencionar y llamar la atención de quien preside la Beneficencia Pública de Iquitos; disponga el arreglo de las veredas del cementerio general y no venda la tierra justamente destinada a las veredas, pues, está impidiendo el libre tránsito de los deudos que visitan a sus seres queridos.
Ah, y si ha dispuesto cobrar S/. 0.50 por miccionar, primero construya servicios higiénicos decentes.