Hace unos días se celebró o conmemoró el Día Internacional de la Mujer y hubo un despliegue de saludos que hasta causó la protesta de muchos hombres señalando que ellos también son importantes y en sus Día ni un saludito. Aunque en nuestro país no se ha oficializado la fecha, en varios países celebran el 19 de noviembre el Día Internacional del Hombre.
Sin embargo, los hombres no deben quejarse, sino más bien enmendar todos los errores cometidos durante muchos años de gobiernos con enfoques machistas, dejando a la mujer sin poder ejercer sus derechos en diversos temas para el desarrollo de las sociedades.
Se configuró un abuso de poder, que cerró a las mujeres independientes y a las que se volcaron a ser madres de familia, sólo a los límites de sus hogares que fueron y son desempeñados con mucho amor, salvo deshumanizadas excepciones que no faltan en este mundo tan convulsionado.
Tanto mujeres independientes y madres empezaron a luchar por la conquista de esos derechos que las hace humanas y ciudadanas de un mundo, donde los roles de hombres y mujeres deben ser compartidos y los sueños y talentos de cada uno estar dentro de las prioridades, a su paso por esta vida terrenal.
Así, mencionamos sólo un detalle, que en el marco del imperio del machismo y de la mezquindad masculina es que tenemos en toda la ciudad calles que llevan en un 99% nombres de hombres. Hemos estado haciendo memoria de las arterias urbanas que conocemos y no se nos vino una sola a la mente. Salvo, de algunos contados asentamientos humanos que por iniciativas o estrategias de los invasores pusieron nombres como de esposas de alcaldes o de presidentes, en la esperanza de encontrar apoyo. Nada que haya partido de la oficialidad del Estado en esta ciudad, gobernado por mayoría varonil.
Es importante remarcar que el machismo como forma de crianza y de entendimiento de acaparar los poderes sociales, es representado tanto por hombres como por mujeres, puesto que hay muchos aspectos en la educación dentro del mismo hogar que ha alentado estas formas de conducta.
Las mujeres también tenemos nuestra parte de responsabilidad, por lo que la educación inclusiva, equitativa, igualitaria, con el compartir de roles, nos indica un cambio para la paz social. Y decirles a los hombres que por supuesto, son muy importantes en la construcción de una sociedad sana desde la casa.
Por lo que urge, que los gobiernos de turno den la debida importancia presupuestal a oficinas y gerencias como las Demunas, de desarrollo social, de proyectos productivos, así como programas de prevención, de fortalecimiento de las familias, de la promoción de valores en los niños, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores. Actuales autoridades, ustedes tienen el poder de que las palabras se conviertan en hechos.
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Calles sin mujeres
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