Habremos asistido a unas cinco reuniones de las llamadas “cierre de brechas” para los pueblos de influencia petrolera donde al término de las misma se firmaban acuerdos en el marco de actas que tenían que seguir su curso.
El curso documentario era la ruta para el cumplimiento de los acuerdos, pero se desconoce en qué porcentaje se han podido cumplir, aunque a decir del servicio de agua apta para el consumo humano como medida de protección por los derrames de petróleo que contaminaron los ríos, parece que muy poco se logró.
Hace unos meses estuvimos por Saramuro, río Marañón, y hemos visto que el sistema de agua potable instalado sigue funcionando para beneficio de los habitantes de este lugar que fue el centro de las primeras protestas exigiendo bienestar para las poblaciones de la zona de influencia petrolera.
Conforme a las actas firmadas una de las prioridades era dotar de agua para el consumo humano a las comunidades en todas las cuencas afectadas por el derrame de hidrocarburos, pero, para su cumplimiento tenía que establecerse coordinaciones con las organizaciones y las entidades del Estado, a través de las municipalidades o por programas de los ministerios.
En una temporada el ministerio de Vivienda se pensaba iba a instalar en las comunidades sistemas para el abastecimiento de agua del sub suelo hasta con captación de las lluvias, que estarían como reserva. Y ahora con la sequía en este fuerte verano se conoce que también están afectados por la carencia de agua para las familias que habitan en estos pueblos.
Si deducimos por las informaciones que vienen de las zonas, que no tienen agua porque los ríos están muy bajos de caudal, quiere decir que no cuentan con el sistema de agua apta para consumo humano y que el cierre de brechas, en este punto de agenda fueron ficticias.
Brechas ficticias
