Antirrábica: vacuna obligatoria

Nos parece razonable y coherente con lo que ha estado sucediendo desde hace mucho tiempo con la presencia de la rabia silvestre en muchas poblaciones de la Amazonía, pero como eran casos lejanos de las ciudades, nada se hizo para que sea incluida la prevención dentro de las políticas públicas de vacunación del Ministerio de Salud.

Cómo no alegrarnos saber que el 16 de julio reciente, el MINSA a través de la Resolución Ministerial Nº 497 ha declarado de carácter obligatorio y de estricto cumplimiento la aplicación de la vacuna antirrábica a partir de los seis meses de edad, en las zonas endémicas y de mayor riesgo de contraer la rabia silvestre.

Estas zonas son las regiones de Amazonas, Ayacucho, Madre de Dios, Ucayali, Cusco, Junín, Pasco y nuestra región Loreto, que tienen distritos con comunidades en riesgo de contraer la rabia.

Sobre este anuncio la Defensoría del Pueblo de Loreto ha recordado que fue una recomendación que formularon en marzo del presente año, cuando se presentaron casos dramáticos que costó la vida a varios paisanos de zonas indígenas. Nosotros también nos referimos a este tema planteando que así como se vacuna contra la polio, el sarampión y otras enfermedades infecciosas, se debe considerar en el protocolo de prevención a la vacuna antirrábica.

Lo que más nos dolió es saber por testimonios de indígenas de varios sectores de la región, que el problema de salud venía de décadas atrás con pleno conocimiento del sector Salud y que a nadie se le ocurrió pensar en una solución que disminuya los casos sustancialmente. Quizás el choque cultural y la negativa a la vacuna de los hermanos nativos era una justificación, pero pensamos que no es válida porque con estrategias de abordaje intercultural se pudo lograr vacunar como ya lo hicieron a principio de este año.

Para el cumplimiento de esta directiva del Ministerio de Salud, una postura responsable en el marco de sus funciones, nos parece que es lo anunciado por la Defensoría del Pueblo de Loreto, que estará “atenta al cumplimiento e implementación. En particular a la disponibilidad de insumos como vacunas y jeringas, así como las competencias del personal de salud para la aplicación de las vacunas.