Aniversario de Iquitos nos coge siempre con suciedad en la ribera

  • Quienes ocupan estas áreas muestran poco interés en revertir esa mala imagen.
  • Cuál sería la solución porque es parte de la limpieza pública.FOTO suciedad 2 FOTO suciedad río 1

Lo primero es que las propiedades con cara al río, nos han quitado el placer de contemplar la belleza de las aguas fluviales, los amaneceres, los atardeceres, en fin, pero, lo más terrible es que por los lugares donde sí podemos observar esta maravilla de la naturaleza, son zonas plagadas de suciedad y hedores, poco soportables, salvo que vivas en la zona y no tengas otra alternativa.
Esto se ha vuelto crucial, a pesar de las campañas a favor de la limpieza que realizan las municipalidades y entidades protectoras del medio ambiente, todo sigue igual, salvo el mismo día que se realiza la campaña de limpieza, pasan una horas y vuelve el lanzamiento de basura a la ribera del río.
Una de las muestras más claras es la zona de Belén, del marcado de Productores y una parte de Bellavista Nanay, aunque en una mucho menor escala que en las dos anteriores. Parece que a la mayoría de los habitantes de esas zonas no les interesa, y sus dirigentes poco compromiso asumen en ese sentido.
De otro lado, están las autoridades que recuperando el principio de autoridad podrían persistir en estrategias desde la normativa, pasando por la persuasiva y la sanción, para lograr en bien de la salud y vida en general de los propios habitantes que estas zonas de ribera del río se mantenga limpias.
En la ribera del embarcadero de Productores no se aprecian por ejemplo tachos de basura, en los botes que realizan el transporte a diversas comunidades tampoco hay recipientes que indiquen al público dónde debe arrojar la basura que producen. No hay nada.
El diario de un viajero extranjero que se adentró a la selva del Perú desde Pucallpa, pasando por Iquitos, para luego llegar hasta Santa Rosa, en la frontera de nuestro país con Colombia, escribió algo que de primera reacción nos causó molestia, quizás en el fondo una reacción a la vergüenza ajena, o tal vez colectiva, como parte de esta ciudadanía.
Escribió así: “Nunca he entendido porqué la pobreza va tantas veces unida a la suciedad. Ser pobre es una desgracia y un infortunio. Se puede tener la desgracia de ser pobre, pero ello no implica tirar al suelo todo desperdicio, residuo o porquería”. Esperamos una acción más decidida empezando por regidores que deben presentar propuestas de solución, los consejeros regionales, igual; y el sector privado qué dice. Una vez más vamos a celebrar nuestro aniversario como ciudad, nos dicen, primer puerto fluvial del Atlántico, y quizás también primeros en suciedad. (D.López)