“Tus hijos harán tu grandeza”, eso dice en el escudo de la ciudad de Iquitos y si pudiera hablar esta urbe de 157 años oficiales, nos reclamaría muchas cosas y nos cuestionaría si la amamos de verdad. O mínimo preguntaría qué entendemos por amor.
Pensamos que de principio para amar una ciudad no basta haber nacido en ella o quedarse a vivir en ella porque así lo decidieron, lo que demuestra un verdadero amor es comportarnos como ciudadanos cumpliendo nuestros deberes, obligaciones y exigiendo nuestros derechos.
Hemos podido escuchar a mucha gente decir que ama su “Isla Bonita”, que les encanta las edificaciones del centro histórico, la orilla del río, el bulevar, la comida regional, etc. Pero, no decimos que amamos una ciudad sana, porque sabemos que no estamos en esa categoría.
Aunque duela somos una ciudad insalubre con focos infecciones por muchos lados por la enorme acumulación de basura en bolsas y regada, porque los perros buscan comida y algunos mendigos también busca algún objeto que les pueda servir. Esto es triste y lamentable para una ciudad rodeada de naturaleza viva y hermosa.
Como ciudadanos que cumplimos con nuestras obligaciones tendríamos que colaborar con la limpieza del frontis de nuestras viviendas o locales, sacar la basura en la hora programada y construir estructuras elevadas para colocar las bolsas y cajas de basura, así el patio, el borde la pista y los jardines no se afecten con los desperdicios. No arrojar la basura por todos lados, hasta en la orilla del río que se muestra asquerosa.
Todos y todas sabemos que además de una tema de ornato, de belleza, es un tema de salubridad y mostrarnos muy limpios ya es una buena imagen para los visitantes sea del país o del extranjero. Es una señal de que somos ciudadanos responsables con nuestra vida y uno de los rubros más importantes para nuestra economía: el turismo.
Por supuesto, que esto es una parte del problema a solucionar, la otra parte está del lado de las autoridades que tienen que esforzarse en solucionar el problema del recojo de basura y el tratamiento a la misma. Esto último tiene que ver con la clasificación de la basura desde las casas. Si cumplimos con ello y otras acciones en bien de nuestra ciudad podremos decir que es por siempre y verdadero, nuestro amor a Iquitos.
Lo Último
Amor por siempre
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