Las 193 naciones que forman parte de la Organización de las Naciones Unidas – ONU, tenemos un compromiso muy importante, vital, respecto a lo que implica la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente.
¿Cómo ha empezado? Fue desde 1973, hace 52 años, desde que fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas, para generar conciencia sobre la importancia de la protección del medio ambiente y para impulsar la acción global en la protección del planeta.
Es cuando se reconoce que vivimos en un ambiente compartido, y que lo que haga Rusia, China, Francia, Estados Unidos, Cuba, Venezuela, Colombia, lo que se haga en todos los continentes de este mundo llamado Tierra, siempre tendrá una repercusión acentuada o no, en nuestras vidas.
La historia milenaria escrita y la que falta escribir así lo evidencian, por lo tanto, tenemos que actuar de manera global, más allá de las firmas que se estampan en la ONU, tiene que haber un mecanismo que nos haga cumplir a todos con los acuerdos.
Esta claro que el objetivo es promover un desarrollo sostenible y proteger los ecosistemas. Y las políticas de las naciones abarcan un conjunto de medidas y acuerdos internacionales que buscan proteger el medio ambiente. Pero, si estas no se cumplen en la medida de la necesidad, no estamos haciendo nada, o muy poco.
Una de las medidas mundiales que nos compete con más urgencia en nuestra realidad regional es reducir la deforestación y promover la reforestación, para mitigar el cambio climático y proteger los ecosistemas. ¿Ha servido este acuerdo en la práctica? No ha servido, la deforestación avanza fácil en Loreto.
En serio que se necesita hacer una reflexión de lo que se cumple y de lo que no se cumple y cómo hacer que se cumpla. La decisión es de política mundial de los países, pero se prioriza la riqueza que nos destruye, y no la riqueza que construye. Mientras la tierra nos sigue dando señales para protegerla y no acabarla.
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