Alternar figuras

Un año antes de la cuarentena, casi a finales del 2018 en un grupo de tertulia surgieron algunas sobre el avance de la tecnología en otras latitudes del mundo y cómo se venían dando tipos laborales que prescindían de la tener a las personas en las oficinas o se combinaba por días, dependiendo de las necesidades donde tanto la empresa como el trabajador, se beneficiaban.
Era un futuro que de alguna forma nos asustaba, cómo era posible que pueda darse esa articulación laboral, y es que se analizaba que todavía no contábamos con la tecnología que nos permitiera realizar las diversas tareas, era algo impensable para nuestros acostumbrados trabajos de estar presentes en un determinado espacio.
Otros más entendidos en el tema de la tecnología, señalaban que por los menos tenían que pasar unos diez años para que en el país se implante ese tipo de labores. Algunas personas presentes que trabajaban en otros países se animaban a contar su experiencia en ese tipo de trabajos no presenciales, que estaba ligado a las muy bajas temperaturas que era más beneficiosos para todos estar conectados cumpliendo sus respectivas funciones y pasándola virtualmente.
Lo primero que pasaba por nuestras cabezas era sobre lo aburrido que sería no alternar con los compañeros en una oficina, hasta nos podrían nostálgicos. En fin, eran solo conversaciones y que esos tipos de virtualidades laborales para nosotros pendía de una década, aproximadamente, y quizás no estaríamos en el escenario, sino en nuestras respectivas jubilaciones.
Pasaron los meses y como todos conocemos nos cogió la cuarentena por la covid-19 que parecía el fin del mundo, luego se fueron acoplando las actividades a las circunstancias y de pronto estábamos articulando en medio de una virtualidad básica, sin las herramientas suficientes para buenos resultados.
Fue de golpe, no “aprendimos a cocachos”, pero tuvimos que correr, ensayar, averiguar, estudiar, observar, perderle el miedo a esa tecnología aplastante, y seguimos tratando de nivelarnos con esos avances tecnológicos que nos llevó a una inimaginable muy temprana virtualidad o teletrabajo, que actualmente el sector del Trabajo en nuestro país busca seguir regulándolo, aunque los expertos sostienen que será un proceso de adaptación de necesidades, de lo que más conviene, de beneficios, de optimizaciones, etc., entre los empleadores y los empleados. Parecer ser el camino de la autorregulación.