Para el consumo de alimentos de los escolares, recordamos que la idea inicial era que se prepare en las instituciones educativas y con productos frescos, algo así como del mercado a la olla, pero se dijo que mayor garantía era a través de empresas que se “responsabilicen” de la calidad, pero no todos cumplen.
Hasta la fecha esa calidad se ha vuelto dudosa, similar al programa alimentario del vaso de leche cuando en una época los insumos no eran los adecuados y se denunció que la leche no era leche. Algo totalmente decepcionante.
Se entiende que el Estado a través de los diferentes gobiernos de turno tendrían que haber supervisado que ese producto lechero sea realmente beneficioso para los niños, pero, por lo visto esta experiencia no ha servido para ser más estrictos en el control de calidad.
Es que este año ya se han dado los primeros casos de intoxicaciones por los productos que contrata el servicio alimentario escolar. Entonces vuelve a tocarse el tema del cambio de estrategia para garantizar no solamente una alimentación saludable, nutritiva, fresca y mínimo aceptable al gusto del paladar de cada una de las regiones de los estudiantes.
Se ha señalado en diferentes diálogos que es más conveniente que los estudiantes se alimenten en mayor porcentaje con productos de sus respectivas regiones, a los cuales tiene el gusto y no se desperdiciarán los preparados. O en su efecto se podría combinar los productos frescos con preparados de fábrica, pero con insumos propios de las regiones.
Hace unos días estuvo en Iquitos la directora ejecutiva del Programa de Alimentación Escolar del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, Nadya Villavicencio Callo, supervisó instituciones educativas de la provincia de Maynas, donde verificó el cumplimiento de los estándares de higiene y seguridad en el almacenamiento y consumo de los alimentos.
Pero, no se sabe del nivel de aceptación real, hay niños que reciben y lo guardan. Esto también debe sincerarse, sino seguiremos engañándonos respecto a que nuestros escolares están siendo bien alimentados, y que lograremos disminuir la desnutrición crónica infantil en nuestra región Loreto. Las estadísticas negativas hablan por sí solas, un promedio de 50% de desnutrición en Loreto.
Alimentación fresca
