Mujer brinda apoyo a jovencita con alteraciones mentales

  • Urge intervención de las autoridades de Iquitos.

En un conmovedor gesto de solidaridad, la señora Trinidad López Pacaya, una humilde vendedora de las afueras de la Casona del Mercado de Belén, no dudó en brindar su ayuda a una joven en estado de abandono que, visiblemente, padece alteraciones mentales. Ante la desprotección en la que se encontraba la jovencita, la señora Trinidad la aseó y le ofreció alimentos, actuando con compasión en una situación donde las autoridades brillan por su ausencia.
A pesar de que se informó a las autoridades locales, como Serenazgo y la DEMUNA del distrito de Belén, sobre la situación de esta joven, hasta el momento no se ha realizado ninguna intervención efectiva. La falta de acción por parte de estos organismos es alarmante y pone en evidencia una preocupante desatención hacia las personas con trastornos mentales en nuestra ciudad.
Desde la desactivación del Centro de Rehabilitación Mental Integral (CREMI), se ha incrementado el número de personas con alteraciones mentales que deambulan por las calles de Iquitos, sin recibir la atención necesaria. Este hecho no solo es una muestra de la negligencia institucional, sino también una clara violación de los derechos humanos de estas personas vulnerables.
El Psicólogo Guido Chávez, quien está a cargo de la estrategia de salud mental “Vida y Paz” de la Gerencia Regional de Salud (GERESA) Loreto, es el responsable de velar por la salud mental en la región. Sin embargo, la comunidad desconoce tanto la ubicación de la oficina encargada como las acciones concretas que se están tomando para atender a los enfermos mentales. Esta falta de información y acción efectiva genera una incertidumbre preocupante en la población.
Iquitos necesita un sistema de salud mental que funcione, que sea accesible y que brinde el apoyo necesario a quienes más lo necesitan. No podemos seguir ignorando esta realidad. La vida y la dignidad de estas personas están en juego, y es deber de todos exigir que se les dé la atención que merecen.
(C. Ampuero)