Verificar condiciones de albergues

Estamos más que sorprendidos por el aparente descuido respecto al seguimiento y supervisión a los centros llamados hogares o albergues de menores de edad que por diversos tipos de violencia y tras un proceso fiscal y judicial han sido llevados a esos lugares para recibir atención integral.
En realidad, hace muchos años que veníamos escuchando versiones respecto al descuido en estas casas de acogida por determinar, y el poco sinceramiento respecto a los fondos para mantenerlos, si son lo suficiente, tanto en privados como en los del Estado.
Y es que cuando nos acercábamos al lugar, y nos sucedió con el albergue infantil Santa Mónica, lo que estaba a nuestra vista se mostraba limpio y ordenado, más allá no podíamos verificar respecto a las comidas y los espacios donde los niños duermen, porque la presunta tugurización de los albergados se mantenía como rumor.
Siempre nos quedaba la esperanza de que todo marchaba bien, o por lo menos de forma regular, pero, luego de la denuncia que recibió la Defensoría del Pueblo, justo sobre el denominado oficialmente centro de atención residencial Santa Mónica, respecto a la alimentación de los menores de edad; vuelve la duda.
La Defensoría del Pueblo hizo su trabajo y encontró a los albergados sirviéndose un menú sabroso y nutritivo, pero se observó que ya había iniciado el mes de setiembre y la parte administrativa del albergue no había iniciado el trámite de requerimiento de alimentos para el mes de setiembre.
Esto resulta muy suspicaz e indignante, puesto que se supone que las raciones de insumos alimenticos del mes de agosto ya se están agotando o en su efecto se terminaron, pero si el proceso recién inicia hasta que se compren y les entreguen, en teoría no habrá qué comer en el albergue de cerca de 60 menores.
Este lugar que beneficia a la población infantil vulnerable o en situación de abandono, se encuentran allí no por una dádiva, sino por un derecho que la Constitución Política del Perú, garantiza, y por tantos acuerdos y convenios internacionales a favor de la niñez. Es más que suficiente la razón para exigir que se cumplan estos beneficios.
Además, que las supervisiones de las entidades que correspondan deben realizarse con la frecuencia necesaria para se garantice el buen estado integral de los menores. Y ojo que en Iquitos funcionan más de diez albergues que debe conocerse en qué situación se encuentran.