Fondo para desarrollar

“No importa los ingresos que puedas generar, lo importante es la capacidad de ahorro que puedas concentrar para alcanzar una vida digna a futuro; en el caso de los países, la garantía de sus cuentas fiscales que avala sostenibilidad económica en el futuro es su nivel de reservas internacionales (RIN), y esto está bastante demostrado”. Es la introducción de una última entrega del economista e investigador Roger Grández Rios.
“En el caso de Loreto, los recursos del canon y sobre canon petrolero (CSCP), tanto por producción como por renta, generado por la actividad petrolera desde el primer año de inicio de transferencias (1979) al primer semestre de 2023 sumaron US$2,227 millones para distintos tipos de gastos, entre ellos, y los más importantes, en inversiones de infraestructura donde se orientaron cerca del 90 por ciento del esfuerzo presupuestal, y el 10 por ciento restante en investigaciones y créditos agrarios.
Un balance de gastos y su efecto en el desarrollo territorial es bastante limitado: los indicadores de resultados son pésimos, tanto en el campo de progreso económico como social e incluso ambiental. De acuerdo al libro de reservas de hidrocarburos (MINEM, 2023) las reservas probadas y probables en el límite económico son de 237 millones de barriles que, a valores actuales, generarían una renta de US$18 mil millones y un canon de aproximadamente US$2,661 millones, mayor en 19 por ciento al valor generado en los últimos 44 años de transferencia de canon.
El Fondo de Desarrollo (FD), si se homologa en 2.5 por ciento para todos los lotes, el valor generado para el desarrollo territorial focalizado alcanzaría los US$444 millones, de los cuales US$250 millones alcanzaría para el distrito de Puinahua por su condición de ser pozos nuevos (fluyentes) con tecnologías incorporadas en su cadena de valor le dan esa fortaleza.
Si añadimos otros fondos de naturaleza autónoma, como el del Fideicomiso (S/270 millones anuales y a partir de 2029 hasta el 2049, se tendría un monto anual de S/286 millones), y del Plan de Cierre de Brechas (PCB) de 2023 al 2049, acumula un monto de S/5,200 millones, y los dirigentes del circuito petrolero exigen que los S/200 millones anuales a transferir para los próximos 26 años es muy poco para cerrar brechas.
Un territorio rico en recursos, pero pésimos en la planificación estratégica y de gestión basada en resultados. Todos estos fondos tienen, en la práctica, un uso inmediato como inmediatista sus resultados. La estructura de estos fondos pierde consistencia al no contemplar un presupuesto para el ahorro y generación de riqueza.
En el caso del Lote 95, el FD fue diseñada en ocupar el 60 por ciento para cerrar brechas económicas y sociales, que representa el 1.5%, y el 40 por ciento para un fondo futuro sostenible (FFS) calculado en 1%, y este es el punto de inflexión que se distingue en su naturaleza y en su fuerza a los otros fondos mencionados líneas arriba donde el abordaje y aterrizaje configura riesgos amenazantes.
Tener un fondo expresada en el FFS, configura una reserva táctica, lo suficientemente vigoroso para cambiar el rostro de sus ciudadanos y el territorio a futuro, y no para crear infraestructura productiva que eso será atendido con el 60%, su razón radica en crear y formar potencial humano, en crear una masa crítica de jóvenes políticos, lideres sociales y emprendedores rurales, así como avanzar en la constitución de un fondo de riqueza (ver: Comentarios de Prospectiva 185-2022) de proporciones inimaginables.
Hoy los que están elaborando un nuevo reglamento para el uso del FD 2.5% están destruyendo esta iniciativa, y todo el fondo lo quieren gastar en infraestructura económica y social. Estamos por presenciar un nuevo episodio, con el mismo guión con lo que se narró el uso del canon con sus US$2,227 millones, de una tragedia anunciada, que va beneficiar a los que se autodenominan líderes locales y comunales”.