Por: Fernando Herman Moberg Tobies
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@FernandoMobergT
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Estoy sentado en el asiento del avión, prendo mi celular para ver si uno de mis mejores amigos ya está esperándome en el hall del Jorge Chávez. Estoy en la capital de mi país, donde pasé parte de mi adolescencia, estudié mi primera carrera y fue en ese mundo laboral donde conocí a Luis Meyer.
Recibo un mensaje de él: “Prado bienvenido a la civilización, cámbiese su taparrabo típico de su natal antes de salir del avión, estoy en Starbucks esperándote con tu venti caramel macchiato y chicken croissants. Un poco de dejar las lombrices y el agua de río a un lado por unos días, hugs. Meyer”. Típica broma de mi ex asesor de imagen, camino a la salida, subo las escaleras hacia el segundo piso del aeropuerto en donde están los cafés, tiendas y puestos de comida rápida. Me dirijo hacia donde está Luis, que de lejos se pone de pie para esperarme firme y así darme un abrazo, actitudes que van con la clase de sus acciones y la armonía de su vestimenta: chaqueta de cuero, zapatos y cinturón marrón, blue jeans y camisa de temporada. Dentro de sus bolsillos suele cargar un encendedor de metal Zippo que varía de acuerdo a su estado de ánimo, así solía decir ya que tenía una gran colección; tres celulares para sus diferentes oficios lo acompañan en su cintura: Nextel para ejecutivos y el Congreso de la República, Movistar para sus negocios de diseño publicitario, y Claro para sus amigos y familia; estricto en su rutina y decisiones, trabajamos alrededor de tres años en la empresa Just Image.
– Matías Prado ¿cómo estas hermanito?
– Bien hermano, todo tranquilo, relajado. Ya no estoy de asistente de mi tío el psiquiatra.
– Manya ¿y a qué se debe eso? si el mes pasado viniste trayendo a un esquizofrénico a entregarlo a su embajada.
– Si weon! y no quisiste venir a recogerme, jajajaja.
– Oseaaaa un poco de prevención anti escándalos de locos, ni fregando venía Prado, fácil alucinaba cosas y me mataba.
– Jajajaja, fuera, yo era su psicólogo acompañante, yo le regulaba la conducta.
– Preferí mejor a que te desocuparas de la embajada y listo, igual bajabas a mi casa donde te esperaba con un champagne buenazo.
– Jajajaja, ok; te cuento, la idea es que voy a retomar la presidencia del círculo de estudios que conformé en la universidad, empezaremos a organizar conferencias preventivas en salud psicológica y mental, para ayudar a enfocar a los chibolos y no se pierdan tontamente o se distraigan por no entender o no saber manejar adecuadamente los conflictos emocionales que acarrean; y el conformismo en mi ciudad ¡¡¡qué miedo!!! cómo estanca, cómo destruye: el chisme, la envidia, el maleteo, la sobrevaloración del propio esfuerzo, todas esas tonteras de tercer mundo han llenado cada pensamiento automático de los pobladores de mi isla, todos estos defectos enmascarados han hecho que seamos nosotros mismos los culpables de nuestra miseria social. Quiero contribuir a cambiar la visión que tienen hacia mi tierra, todo por no hacer un sobre esfuerzo en querer tener mejores condiciones de vida y conocimientos, permitimos que nos vean como provincianos manipulables, jajaja, así como tú me alucinas con mi taparrabo.
– Jajajaja, hermano, sabes que estás por encima de eso, es broma.
– Jajajaja, lose weon, pero es la percepción generalizada que tienen de mi tierra, creo que al regresar a aquedarme allá para autoconocerme mejor, despertó esa necesidad de hacer algo más con mi potencial y mis dones. Jajajaja, una locura.
– Manya Prado, de actor dramático a revolucionario social, jajaja, tu vida es un show Prado.
– Que fluya… tengo varios proyectos sociales académicos por hacerlos realidad, me siento motivadazo, siento que estoy encontrando un sentido interesante a las cosas que hago y a las que me propongo, siento que puedo crecer espiritual y económicamente compartiendo mi energía con las personas que necesitan un impulso para conquistar sus anhelos. Estoy en una etapa algo rara, pero a las finales, como siempre, me vale nada lo que los demás piensen de mí, se lo que quiero, mi familia me apoya y mis señales espirituales son cada vez son más claras.
– Prado todo un personaje. Te felicito, me parece correcto lo que estás haciendo. Felicidades hermano.
Avanzamos por la avenida Faucett, el tráfico es fluido, Luis maneja el auto mientras me narra sus nuevas aventuras, los ajetreos del trabajo y lo complicado de su relación amorosa; no le estoy prestando atención, lo miro sonriendo y haciendo muecas en automático para demostrar que lo estoy escuchando, recuerdo cada día vivido que nos marcó, una amistad que con su esencia generó luz a mi vida, elegancia para entablar y mantener una conversación, palabras sutiles que significan mucho diciendo poco y tienes a todos atentos a lo que dices; un hermano, un compañero, un gran amigo. Ahora caminamos a pasos diferentes, pero su recuerdo es como un latido del corazón.