El hombre de los pases relámpagos en el fútbol loretano, aquel jugador del Club Sport Loreto, Pentacampeón de la Liga de Fútbol de Iquitos (1,954 a 1958), que desde el fondo del cuadrilátero recibe la pelota, corre dribleando con velocidad increíble, se detiene, hace una finta que da la impresión de que lanza la bola en cierta dirección, pero realmente va por otra, como describió Luis Alfonso Navarro Cáuper, patriarca del periodismo loretano, fue José Ricardo Pueyo Pinedo.
La agilidad era la característica de este crack fuerte, pequeño y ágil. Fue extraordinario en el básquetbol y el fútbol, porque dominaba el movimiento y reía a carcajadas cuando en una de sus hábiles maniobras dejaba fuera de juego al adversario. En el deporte de la canasta brilló con luz propia, tanto así que los hermanos Duarte de la selección peruana de básquetbol, conociendo sus habilidades, lo quisieron llevar a Lima para integrar el seleccionado nacional, a lo que él se negó, pues, como el mismo me contó alguna vez, ya tenía familia y su negocio. Pero eso no es nada, los mismos Harlem Globetrotters de Estados Unidos de América, en una visita a Iquitos, se dieron tiempo para conversar con él, ya que habían visto sus habilidades cuando aquella vez jugó integrando el combinado local enfrentando a estos gigantes del básquetbol, para que integre esta escuadra de los malabaristas del baloncesto mundial. Nuestro personaje de hoy, ha sido el hombre más veloz en nuestro básquet.
Deportista inmortal. Pueyo en la delantera y David Braga Boquimpani en el arco, líder natural del insigne jugador, ídolo de multitudes y de buenas costumbres, noble caballero en la cancha y en su vida cotidiana, siempre deseó que su ejemplo germine en la juventud y se llene de ovación en la tierra y en el cielo, allá, donde moran los virtuosos.
José Ricardo Pueyo Pinedo, nació el 27 de marzo de 1,924 y partió a la Gloria del Señor el 13 de agosto del 2007.
En esta nota le recordamos con mucho cariño, haciendo extensivos nuestros saludos a su esposa, la señora Consuelo Assureira y a sus hijos Ricardo, Carmen Rosa, Adrianita é Ítalo. (José Verea)
Nota de redacción: Agradecemos la colaboración de Ítalo Pueyo Assureira por proporcionarnos el material periodístico del semanario Kanatari.