EL PROYECTO COMUNAL DE PALO SECO Y LAS ESPERANZAS DEL DISTRITO DE BELÉN.

En los primeros meses del 2000, si mal no recuerdo, recibí la invitación de mi amigo el ingeniero Oscar Cortez, hombre fuerte del equipo político y técnico del licenciado Yvan Vásquez Valera en la municipalidad provincial de Maynas, para ir a capacitar en cuestiones de acuicultura y manejo de cochas a los pobladores de los diferentes caseríos del río Itaya. Con lo aprendido en el sector de pesquería durante 20 años y en el programa de ecosistemas acuáticos (pea) hoy aquarec, del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, tenía una idea muy definida de cómo hacer que la piscícultura sea atractiva por los recursos económicos que podría proporcionar y en forma empresarial. Arribamos a un caserío llamado palo seco y les orienté en la idea de cultivar paiche con fines de repoblación y de exportación de carne y alevinos, enmarcados en la ley de zoocriaderos y establecer un programa integral de cultivos agropecuarios, pero, siempre, teniendo como fuente de autofinanciamiento la venta de los paiches producidos en cautividad. Con el señor Edwin Maytahuari y 18 personas acordamos asociarnos y realizar el proyecto. Elaboramos el proyecto y lo presentamos públicamente por intermedio del progama La Razón que dirigía y dirige el biólogo y periodista James Beuzeville Zumaeta. A los cinco minutos de emitir las bondades del proyecto llamó el  señor Vásquez Valera, alcalde de Maynas en esa época y nos pidió que le presentemos la propuesta para que nos brinde su apoyo. Con Edwin lo llevamos y oficialmente le presentamos a don Yvan, quien lo derivó a la oficina de cooperación técnica internacional. Allí conocimos a varios profesionales proactivos, especialmente al Ingeniero Richard Vásquez, empleado subalterno del cubanito, quien se comprometió a apoyarnos con su experiencia en cooperación con  entidades financieras nacionales e internacionales y su labor en formación de jóvenes y mujeres  para el trabajo empresarial (programa pro joven). En el gabinete se afinó el expediente, y acudimos a la zona de trabajo en el campo. Recuerdo que fue un domingo, acompañado por un joven agrónomo, nos dirigimos con Richard al kilómetro 26 de la carretera Iquitos-Nauta y de allí cruzamos unos cuatro kilómetros de terreno accidentado con quebradas que las recorrían para llegar al caserío, donde nos recibieron con tazones de masato que lo bebimos al instante. Luego, hicimos las encuestas y las mediciones de los estanques y ubicamos los sitios para crianza de gallinas al pastoreo, de huertos, etc. y otros sitios para cultivo de peces para seguridad alimentaria. Regresamos por el mismo sitio y en una semana El Ing. Vásquez con su asistente  afinó el proyecto en sus conceptos empresariales, considerando las sugerencias de los pobladores. El proyecto de haberse realizado sería hoy el paradigma para una verdadera región productiva. Los científicos del IIAP dieron un excelente informe al respecto y todo estaba encaminado para desarrollar un modelo endógeno de desarrollo sostenible que permitía mejorar la calidad de vida de los pobladores, que incluía un porcentaje de la renta neta para implementar programas en educación y salud. No se llevó a cabo. Y. después de un tiempo vimos el mismo título del proyecto en la zona del Varillal, manejado por una ONG que residía en Lima. Todo hace suponer, sospechar (aún no comprobado) que el famoso cubanito, jefe de Richard y de los demás trabajadores de la oficina posiblemente  había hecho leer  el proyecto a estos señores de la ONG, quienes posiblemente  lo copiaron mal  y lo ejecutaron pésimo y fue un fracaso (investigar si desean resultados).  Personalmente creo que fue la primera vez que se habló de una región productiva con participación de los pobladores pobres de un lugar de la Amazonía y con propuesta de autofinanciamiento. Esta filosofía de autogestión es alemana y, Richard Vásquez lo tenía claro y lo había indicado en el proyecto. No volví a ver más al Ingeniero  Richard Vásquez. Sin embargo, en estos últimos días, particularmente el domingo próximo pasado fui al mercado y puerto de Belén buscando una mazamorra de novia , y me enteré que el Ing. Vásquez era candidato para alcalde del distrito donde viví casi 60 años. En el trayecto de búsqueda de la mazamorra escuché con gran convicción a un gran número de pobladores que tenían  preferencia por este candidato que conoce Belén de punta a punta y que tiene buenos proyectos en cuanto a salud, educación y seguridad ciudadana en coordinación con entidades nacionales y financieras donde tiene buenos contactos. Especialmente programas de capacitación para financiar salubridad, empresas autogestionarias con jóvenes y mujeres, respetando la idiosincracia del belenino.  Yo hubiese preferido que Richard sea candidato en San Juan, pero eso no es posible, porque el vive en Belén y yo de seguir viviendo en  la tierra en que nací y ahora exiliado en esta restinga de San Juan votaría por él. Estoy seguro que si Richard gana la municipalidad de Belén los proyectos de autogestión empresarial se van a multiplicar, se hará un manejo ecosistémico de la zona y la calidad de vida de  la gente de Belén mejorará. He leído y escuchado en estos últimos días los programas de este candidato y de los demás y puedo asegurar que es la propuesta más realista, de mayor viabilidad que tienen mis ex vecinos. No tengo ningún interés por esta situación ya que soy harina de otro costal, pues vivo en San Juan Bautista, donde aún no defino mis preferencias electorales. Pero, como comunicador social pongo a disposición de los lectores estas experiencias vividas y puedan elegir a la persona más adecuada e identificada con ellos.