UN BUEN EJEMPLO DE LA SOCIEDAD CIVIL DE EL SALVADOR y de HUANCAYO.

El Salvador es un  pequeño país enclavado en la América Central del planeta. Como la mayoría de los países ubicados en estas áreas, su desarrollo económico, social y político ha sido incipiente, con una y otras caídas en dictaduras, con tremendos momentos de corrupción que se ha acentuado en estos momentos y con un índice elevado de delincuencia urbana. La situación parece que ya es insoportable por la ola de violencia en este pequeño país, podríamos  decir que está al borde de  un túnel sin salida. Lo que podríamos ver en nuestra ciudad y en general en otras de nuestro querido Iquitos (que no es para reírse o ponerse a contar cuentos), multiplicado por diez. La sociedad civil de El Salvador ha salido prácticamente a pedir, a rogar a los gobernantes que hagan algo ante esta ola de inseguridad ciudadana (muy parecida a lo que hacen ciertos ciudadanos en Iquitos sin que nadie los escuche) que no ha podido prevenir ni remediar la policía nacional, por una serie de factores, especialmente por las mordidas no sólo de los guardianes del orden, sino de un sistema judicial cada vez mas carcomido o corrompido (¿tiene cierto símil con lo que Usted conoce?), y el gobierno de El Salvador ha promulgado una ley en que da al ejército de su país su decidida intervención para frenar estos actos delictivos. No sabemos si el asunto funcionará, pero, nosotros no pedimos tanto, solicitamos que por lo menos la Marina de Guerra del Perú, el Ejército Peruano, la Fuerza Aérea del Perú, apoyen en esta decidida lucha contra la inseguridad ciudadana que cada día va ganando más territorio, de manera disuasiva, recorriendo ciertas zonas peligrosas. Es un conflicto que se puede convertir en guerra. No solicitamos que intervengan en grandes cantidades, sino con pequeños grupos de élite y de inteligencia para prevenir y frenar a los delincuentes que nos van invadiendo poco a poco. Pero, especialmente que las autoridades den el ejemplo, las de ahora y las nuevas. Si van por la zona baja de Belén, los lindos muchachos dedicados a estos menesteres dicen: no hay problema, si tal presidente, si tal funcionario, si tal autoridad, si tal alcalde, si tal regidor, etc. roba o coimea y no le hacen nada ¿por qué no puedo hacerlo yo? Salgo dentro de dos años mejor preparado y listo a vivir como ellos. Si no dan el ejemplo de honestidad y si no crean puestos de trabajo, sino trabajan con la meritocracia, entonces, estamos sin salida y vamos a llegar otro El Salvador. A estas intervenciones de las fuerzas armadas se unirán brigadas de voluntarios y educadores y sicólogos, y darán puestos de trabajo a los miles de pandilleros. De lo contrario la gente que se cree afectada va a formar su guardia personal, es decir grupos armados para defenderse. Que Dios no quiera que lleguemos a esta situación. La sociedad civil de Huancayo (reportaje televisivo) tiene casi el mismo problema de delincuencia, centros de bailes y de bebedores y de violencia igual que nosotros, ellos han solicitado a sus autoridades ayuda para frenar esta ola de contaminación social. Pero, algo importante. Lo que nosotros hace tiempo habíamos dicho en este diario que se ordene el territorio de la provincia, de los distritos para ubicar estos centros de «diversión». Para esto tiene que hacerse una microzonificación ecológica-económica de toda nuestra ciudad. Esto lo puede hacer el Gorel, los municipios con el trabajo del grupo de científicos del programa PROTERRA del Instituto  de Investigaciones de la Amazonía Peruana,  que tiene una buena experiencia en estas labores en gran parte de la Amazonía peruana y podríamos ordenar nuestro territorio, incluso para evitar invasiones que están de moda.  De tal manera que en el estudio se pueda reubicar a estos sitios en alguna área que no afecte a la población  que quiere divertirse sanamente y no desea ser asaltada, asesinada, atropellada, etc. Podríamos escoger una isla que se encuentra frente a Iquitos, que vayan allá y se jaranee hasta decir basta, generaría trabajo a los llevo llevo en botes y a los pobladores de esas islas y se podría tener un mayor control de lo contrario escoger otra zona, con la  microzonificación que realice Proterra del IIAP  se puede elegir una zona agropecuaria, una zona industrial, podría resultar en el estudio un parque de diversiones bien controlado. Todo depende de la voluntad política de los gobernantes, aunque ellos saben que cuánto más desorden exista se puede gobernar mejor para sus intereses propios y las empresas que los financian.  Ordenemos nuestro territorio que es la base científica y técnica de todo país desarrollado.