Titulares

28 de agosto de 1929, reincorporación de Tacna al Perú

Por: Raúl Cornejo Coa

 

Después de haber permanecido por un tiempo de cuarenta y nueve años bajo el dominio militar de los chilenos, la ciudad de Tacna se reincorporó a la jurisdicción del Perú un 28 de agosto de 1929. Ese día la población muy emocionada se volcó a la plaza principal y pudo presenciar con júbilo, los actos protocolares que oficializaron el término de un largo periodo de cautiverio, causado por una guerra exterior, así como por el olvido o falta de decisión de los sucesivos gobernantes de turno, durante casi medio siglo.
El largo cautiverio de Tacna se produjo en el marco de la guerra de Chile contra Perú y Bolivia, la cual desde sus inicios (1879) se caracterizó por el afán expansionista de Chile, que actuó de manera ofensiva y para ello contó con el apoyo económico de Inglaterra que solventó la guerra para salvaguardar sus intereses de la explotación del salitre, un producto natural que abundaba en los yacimientos de la provincia de Tarapacá que pertenecía al Perú y la provincia de Antofagasta que anteriormente era parte del territorio de Bolivia.
La ocupación militar chilena en Tacna empezó a las 2 de la tarde del 26 de mayo de 1880, hecho rechazado siempre por la población tacneña a pesar de las penurias que tuvieron que pasar. Más adelante, el 20 de octubre del año 1883 se firmó el Tratado de Ancón, que determinó la definitiva incorporación de Tarapacá al territorio chileno y estableció que las entonces provincias de Tacna y Arica quedaban retenidas por Chile durante diez años, al cabo de los cuales debía decidirse su suerte mediante un plebiscito o consulta popular.
Sin embargo, el tiempo pasó, se cumplieron los diez años indicados en el Tratado y no llegó a concretarse la consulta popular para decidir los destinos de las dos ciudades cautivas. La población de Tacna era la que ofrecía una mayor resistencia, por lo cual en el año 1900 empezó a acentuarse la presión contra los tacneños, a lo cual se le conoció como la “chilenización dura de Tacna” y la estrategia para implantarla se orientó a tres frentes: contra las escuelas, las iglesias y la prensa.
En esas circunstancias evidenciaron su patriotismo los ciudadanos comunes, los maestros, los curas y los periodistas de Tacna, quienes sufrieron los rigores de la cruenta “chilenización”. Durante este proceso de acoso y presión contra los tacneños, que duró varios años, a las escuelas se les impidió funcionar oficialmente, es decir las cerraron abruptamente, las iglesias fueron clausuradas y se expulsó a los sacerdotes peruanos de la ciudad, las imprentas fueron destrozadas para que no se impriman volantes ni periódicos.
En 1901 se prohibió el izamiento de la bandera peruana en Tacna. Ante ello y estando cerca las fiestas patrias, fue una comisión de tacneños a decirle al Intendente chileno, que querían pasear la bandera del Perú por las calles el 28 de julio por recordarse la independencia nacional. La respuesta fue que Tacna era “territorio chileno” y no se podía pasear una bandera extranjera. Ante la insistencia de los integrantes de la comisión, se les concedió la autorización a cambio de no escuchar ningún “viva el Perú”, ni “muera Chile”.
Es así que el día del aniversario patrio, los tacneños fueron a la Iglesia San Ramón, participaron en la misa y salieron en silencio portando la bandera peruana, caminaron despacio por las calles, por la plaza de armas y llegaron hasta el local de la Sociedad de Artesanos. Todo el recorrido lo hicieron sin pronunciar palabra alguna, de manera solemne, pausada y con sentimientos reprimidos, siendo vigilados por las autoridades de Chile. Por eso se le llamó “Procesión de la Bandera”, ya que el recorrido se hizo en silencio y con muda solemnidad.
En 1919 las autoridades chilenas, empezaron a obligar a los jóvenes a enrolarse a su ejército y muchos por no hacerlo salieron hacia otras ciudades. Por tal motivo a partir de ese año, Tacna se convirtió en una ciudad de mujeres, ancianos y niños, siendo las mujeres las que asumieron la responsabilidad de sostener los hogares y de seguir resistiendo los embates propios de la ocupación extranjera. Por eso el 28 de agosto de todos los años, al efectuarse la procesión de la bandera, esta es llevada principalmente por mujeres.
Más adelante, el 3 de junio 1929, durante el gobierno del presidente Augusto B. Leguía, se firmó el Tratado de Lima con el cual se determinó que Tacna seguiría perteneciendo al Perú y Arica pasaba definitivamente a formar parte del territorio de Chile. Luego el gobierno dispuso que el regimiento “Húsares de Junín” se desplace desde Tarata hacia Tacna, asimismo que el buque a vapor “Mantaro” traslade desde Lima a un destacamento policial de la Guardia Civil del Perú, junto a profesores, funcionarios y empleados públicos del gobierno peruano para Tacna.
Finalmente, el 28 de agosto de 1929, se concretó la reincorporación de Tacna al Perú. Siendo las dos de la tarde, se dio inicio a la entrega oficial, firmándose el acta respectiva y procediendo al retiro de las autoridades chilenas. Luego los tacneños asistieron a la plaza de armas y con lágrimas de gozo y el corazón palpitante, presenciaron el izamiento de la bandera roja y blanca, que airosa flameaba en un mástil improvisado de la catedral. Luego la banda de músicos de los Húsares de Junín empezó a tocar el Himno Nacional.
Nunca antes las notas del Himno Nacional del Perú se sintieron tan hermosas y significativas, por ser vertidas en aires de libertad. Luego, la vieja campana de la iglesia matriz repicó sonoramente por breves instantes que precedieron al desfile militar y policial. A las cinco de la tarde juramentó el nuevo alcalde Armando Vargas Blondell. De ese modo Tacna regresó a la heredad nacional después de una injusta guerra y largo cautiverio, pasaje de la historia que todos debemos conocer para que no se repitan esos hechos gravosos del pasado.