Por: José Álvarez Alonso
«Si no se unen las regiones y países amazónicos, y toman decisiones y medidas drásticas ahora, las pesquerías amazónicas y la Amazonía tal como la conocemos serán cosa del recuerdo», afirmaba el reconocido experto en pesquerías amazónicas Michael Goulding, en una conferencia sobre «Conservación a nivel de la cuenca amazónica» dictada hace unos días en el auditorio del PROCREL. El sombrío escenario que se avecina para los ríos amazónicos fue graficado magistralmente por Goulding y su colega de WCS – Wildlife Conservation Society, Oscar Castillo, poniendo el ejemplo de lo que ocurre actualmente en Brasil. Particularmente vulnerables a los impactos del ser humano y del cambio climático son los peces que emigran grandes distancias, especialmente grandes bagres y algunos otros peces viajeros, como la gamitana, el paco y el sábalo.
Los grandes bagres están actualmente amenazados no sólo por la sobrepesca, sino por los megaproyectos que se anuncian para la Amazonía occidental: hidroeléctricas, transvases de agua a la costa, carreteras, vías férreas, expansión de los cultivos industriales… Como ha demostrado Goulding, estos peces desovan en las cabeceras de los ríos en la Amazonía occidental. Por medio del estudio de larvas, investigadores del IIAP y de la UNAP han podido comprobar que algunas especies de mediano tamaño (incluyendo manitoa y doncella) se reproducen en las cabeceras del río Nanay, pero no los bagres más grandes, como el dorado y el saltón, que desovan en las cabeceras del Ucayali y del Marañón. Aparentemente, el bajo Urubamba es una de las zonas más importantes de desove para esos grandes bagres; sin embargo, el cauce del río y sus riberas sufren crecientes amenazas, que ponen en riesgo el importante ciclo vital de los zúngaros: contaminación por actividades mineras y por los químicos usados para el procesamiento de coca; deforestación; pesca indiscriminada, especialmente en las zonas de desove.
Otro grupo de peces, muy consumidos por la población amazónica (como sábalo, paco, gamitana y palometa, y toda la familia Characidae) se reproducen preferentemente en los lugares de encuentro de los ríos de aguas negras o claras con ríos de agua blanca. El Dr. Goulding fue enérgico al afirmar la necesidad de prohibir totalmente la pesca comercial de los peces en época de desove, algo que se resisten a hacer los responsables de la gestión pesquera en nuestra región. La veda de pesca comercial en tiempo de desove se ha aplicado con éxito en Colombia y en Brasil, y en la cuenca del Nanay. Quienes, preocupados por las pesquerías amazónicas y por el estómago de la gente, ponemos la voz de alarma y exigimos medidas más drásticas de control y manejo, somos calificados de «alarmistas» por los desidiosos y sus ayayeros, que resisten a tomar medida de manejo o control alguna.
Si se llegaran a construir las nueve hidroeléctricas proyectadas actualmente para la zona andino-amazónica del Perú, y no se implementasen las adecuadas medidas de mitigación, probablemente desaparecerían o colapsarían las poblaciones -ya bastante deprimidas actualmente- de la mayor parte de los grandes zúngaros, que desovan justamente en las cabeceras. Entre las medidas posibles de mitigación están las llamadas «escaleras para peces», unas estructuras que se construyen a lado de las represas, para permitir la migración de los peces río arriba a través de una serie de pequeñas corrientes escalonadas. Un sistema así fue implementado en la represa de Itaipú, entre Brasil y Paraguay, con bastante éxito. ¿Tendrán esto en cuenta los grandes planificadores limeños de estas centrales hidroeléctricas? Otros impactos van a ser mucho más difíciles de mitigar: los ricos minerales en suspensión que arrastran los ríos andinos se quedarían en las trampas de los embalses, y las aguas blancas que hoy fertilizan anualmente las tahuampas se convertirían en aguas claras, mucho más pobres e improductivas.
Los bosques estacionalmente inundables, especialmente por ríos de agua blanca (las tahuampas de agua blanca o «varzeas», son hábitats particularmente importantes para la reproducción, engorde y alimentación de los peces amazónicos. Estos hábitats están relativamente bien conservados en Perú, en comparación con Brasil o Colombia, a decir de Goulding, pero ya sufren amenazas crecientes, que deben ser controladas. Estas zonas tan importantes ecológica y económicamente para Loreto deben ser manejadas con sumo cuidado, si queremos garantizar una provisión abundante y sostenida de pescado y otros recursos para la población loretana. Los suelos de las varzeas son los más fértiles de la región, pero no debería impulsarse indiscriminadamente los cultivos comerciales en ellos (como pretendió la felizmente fallida «Ley de las restingas»). Los ecosistemas naturales, y especialmente los bosques inundables, producen y pueden producir muchos bienes (recursos naturales de flora y fauna) y servicios ecosistémicos para beneficio de la población, y su cambio de uso debe ser evaluado cuidadosamente, en términos de costo/beneficio, y teniendo en cuenta los pasivos ambientales y los riesgos futuros en el escenario del cambio climático.
Actualmente, según A. Brack, se consume en toda la Amazonía peruana unas 80 mil toneladas de pescado (en toda la cuenca amazónica unas 280,000 toneladas). La producción acuícola de piscigranjas es una ínfima fracción de esta cantidad, y aunque tiene un futuro sin duda promisorio, pasarán muchos años antes de que pueda sustituirla, en caso que lo haga. Algunos expertos de chingana menosprecian entre vapores etílicos el manejo de los recursos silvestres en pro de la producción en ambientes controlados, con gran desconocimiento de la realidad ecológica y social de la región. Por hacer una comparación, a nadie en su sano juicio se le ocurriría menospreciar como primitivas las actividades de pesca en mares y océanos, incluyendo la industria de harina de pescado y conservas del mar peruano. ¿Sería posible, o incluso razonable, intentar sustituir la totalidad de esos millones de toneladas de anchoveta, sardina, pota y otros recursos silvestres por producción acuícola? Aprovechar con manejo, sosteniblemente, lo que generosamente produce la Madre Naturaleza gratuitamente es en ocasiones mucho más económica y ecológicamente sostenible que su producción en condiciones controladas. Y la calidad de los productos naturales no tiene parangón, pese a que algunos acuicultores loretanos hayan logrado peces de óptima calidad (como Don Santiago Alves, en su fundo Arapaima, por ejemplo).
Tienes que leer el ultimo informe del Banco Mundial «Muerte regresiva de la Cuenca Amazonica» realizado por prestigiosas Universidades de Japon, Inlaterra, Brasil y USA que indican que la Cuenca Amazonica se encuentra en un proceso irreversible de muerte regresiva.
Proceso que estamos viviendo por eso la sequia y los niveles mas bajos de los rios registrados, el incremento de las velocidades del viento, periodos largos de sequia seguidos de cambio de patrones de precipitaciones, las que seran mas intensas y erosivas, en el futuro esos problemas se agravaran, muchas especies endemicas estan condenadas a desaparecer lo cual incluye a los peces.