Por: Raúl Cornejo Coa
Una de las mejores distracciones en mi adolescencia era ver las películas del actor mexicano Mario Moreno «Cantinflas». Me divertía bastante con sus ocurrencias y con su forma enredada de hablar, además todas las historias de sus películas tienen mensajes positivos para diversas profesiones, que estimulan el espíritu orientándolo hacia la práctica del bien, lo cual definitivamente influenció en mi modo de concebir la vida.
En una ocasión, mientras buscaba algunos artículos en las casas comerciales compré un disco compacto con la película titulada «El Profe», protagonizada por el siempre popular «Cantinflas». Una tarde de fin de semana y con la intención de relajarme un poco, empecé a verla nuevamente después de mucho tiempo y pude revivir emociones de años pasados.
Mientras observaba la película, mi hijo menor, que se encontraba en ese entonces en la primera fase de la adolescencia, escuchó posiblemente mis sonoras risas causadas por algunas escenas, por lo cual con cierta curiosidad se acercó a verla también. Primero de manera algo distraída, como que no le interesaba tanto, pero poco a poco le fue poniendo más interés hasta que las risas resultaron dobles.
En síntesis el argumento de la película trata de un profesor de zona rural de México, a quien amicalmente le decían «El Profe», protagonizado por Mario Moreno «Cantinflas», quien llega a un lejano pueblo de campesinos, mayormente pobres y dominados por un terrateniente (dueño de grandes extensiones agrícolas), que no quería que los niños del pueblo sean educados, para así seguir manteniendo su poder en medio de la ignorancia.
La llegada del «Profe» (Cantinflas) al pueblo no fue del agrado del terrateniente, por lo cual empezó a hacerle la vida imposible. Sin embargo a pesar de muchas adversidades el profesor llegó a consolidar e instalar la escuela pública, logrando el reconocimiento del pueblo, a pesar de la férrea oposición del todopoderoso que dominaba a toda la comunidad campesina.
En una de las escenas de la película, el profesor encuentra que el local de la escuela había sido incendiado a propósito por la gente del terrateniente, sin embargo no se amilanó y con la ayuda de sus estudiantes armó su aula al aire libre y con un mobiliario improvisado pudo reiniciar su clase diciendo a sus alumnos: «…para que exista escuela se necesita principalmente al profesor y a los alumnos…».
El «Profe» Cantinflas, evidenciaba compromiso y gran dedicación a la práctica de la enseñanza. Daba todo de sí y hacía sencillos y entendibles los conocimientos sin restarles su esencia. Era tal su fervorosa didáctica que los niños a quienes enseñaba estaban muy atentos y participaban activamente. También se interesaba por ellos fuera de las aulas y buscaba que mejoren en algo sus condiciones familiares y sociales.
Cantinflas, con la significativa película «El Profe» se dirigía en particular a los profesores, tratando de darles un profundo mensaje deontológico y axiológico, acerca de cómo se debería desarrollar esta honrosa y noble profesión formadora de seres humanos, por lo cual reviste de gran importancia por cuanto la educación es la base del desarrollo personal y de una nación.
A pesar de los años transcurridos desde la filmación de la película, su mensaje aún sigue vigente y permanece en el tiempo. Reconozco que durante mis años de estudiante he tenido varios profesores(as) excelentes de quienes, además de conocimientos aprendí también valores morales y sus ejemplos, que los evidenciaban no solo con palabras, sino con hechos y actitudes, por ello siempre son motivo de grata recordación.
En el Perú a los educadores formal y legalmente se les denomina profesores, pero usualmente se les llama docentes o maestros y para homenajearlos por su importante labor se tiene establecido el 6 DE JULIO de cada año como el «DÍA DEL MAESTRO», ya que en tal fecha del año 1822 Don José de San Martín creó la primera Escuela Normal de Varones con la finalidad de mejorar la calidad de la instrucción pública.
Sirva por tanto esta fecha del calendario cívico, para expresar un especial reconocimiento y agradecimiento a todos los maestros(as) del Perú, que contribuyeron y contribuyen a la formación de los futuros ciudadanos e imparten sus enseñanzas y buenos ejemplos, especialmente para quienes siguiendo los principios deontológicos de tal profesión, dan todo de sí en bien de sus estudiantes tal como lo hace «El Profe» de la película antes citada. ¡FELIZ DÍA MAESTRO(A) DEL PERÚ!