Los 25 de noviembre de cada año, se visibiliza con actividades el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que tiene como soporte histórico la muerte de las hermanas Mirabal de República Dominicana que fueron asesinadas cuando luchaban contra el gobierno dictatorial de ese entonces.
Esta fecha entonces simboliza la lucha de la sociedad en su conjunto contra toda forma de violencia contra la mujer, sea física, psicológica, verbal, etc.
Lo preocupante es que cuanto más se difunden las acciones de prevención, más aumentan las denuncias de mujeres y hasta los feminicidios, que ya se registran como tales en los escritos policiales y como es de conocimiento público los casos se procesan y sentencian en la Corte de Loreto.
El razonamiento lógico respecto al aumento de las denuncias y por supuesto el número de casos, en comparación de años anteriores es que nunca antes hubo una difusión muy abierta motivando a hablar y cortar estos atropellos que afectan mucho a la mujer y a sus hijos e hijas, con graves repercusiones en la sociedad.
En cuanto a los feminicidios se han dictado sentencias drásticas de 25 a 30 años, incluso hasta cadenas perpetuas que no devuelve la vida a la madre de muchos huérfanos, ni la alegría a sus seres queridos, pero la justicia tiene que aplicarse.
El tema es muy complejo porque tiene que ver con la crianza de los hombres desde bebes y ello pone en ventaja a las mujeres que influyen más en sus hijos en las primeras etapas de la crianza lo que se podría aprovechar, en el buen sentido de la palabra para formar nuevas generaciones libre de violencia hacia las mujeres.
Tenemos la ley así como normativas sobre este delicado tema para aplicarse en todo el país, por lo que debemos sumarnos a las actividades que buscan disminuir y eliminar en el más breve tiempo la constante agresión hacia las mujeres de todas las edades. Sí se puede.