Cumplida ya la primera vuelta electoral que nos dejó solo a dos candidatos con posibilidades de triunfo en la marcha hacia palacio; y al hacer un resumen sobre las promesas vertidas por uno de ellos en cuanto al sector educación, volcamos tal promesa al electorado que imaginamos se pondrá alerta para exigir el cumplimiento de la misma si su autor logra hacerse del triunfo y jura como presidente del país.
Recordemos que el señor Ollanta Humala, ocho días antes de la primera vuelta, presentó su plan trabajo done se vertían promesas que por respeto a la ciudadanía deberán cumplirse si o si, pues nadie en el país se allanará a dejar de lado un incumplimiento con visos de estafa no sólo a los ciudadanos que deciden con su voto sino a millones de niños y jóvenes que se alistan a ser ciudadanos en los colegios y universidades.
¿Qué prometió el candidato en tal oportunidad? Pues aumentar del 3 % al 6 % el presupuesto del sector educación en su primer año de hipotético gobierno. Asimismo, se compromete a capacitar y mejorar los salarios de los docentes del sector educación , adicionando a tales promesas la construcción de varios colegios y la creación de casas-cuna donde los niños y niñas menores de tres años reciban atención, alimentación y estimulación para después pasar al nivel inicial.
En otro párrafo de su promesa educativa, enfatiza una tarea agresiva de erradicación del analfabetismo en niños y adultos en zonas urbanas; y sobre todo en forma enfática en zonas rurales y en lo que respecta a la selva en todas las zonas fronterizas, donde actualmente muchos niños peruanos cantan un himno que no es el nuestro: y una educación alejada de nuestra realidad nacional.
Pero no nos entusiasmemos mucho, pues aún falta una segunda vuelta y es de prever que la pugna no será del todo pacífica que quisiéramos y es de esperar que el trámite electoral que aún falta cumplir, no sea motivo para dejar de lado la promesa educativa que espera todo el país.