- Tenía previsto pasar la navidad con su familia en su humilde vivienda
El señor Paulo Mozombite Vela (34) quien se dedica a la labor de vigilante, es uno de los 115 damnificados del incendio que consumió 23 casas la mañana del domingo 13 de noviembre, en el pasaje Cahuide del asentamiento humano Madre Mia del sector de Tupac en el distrito de Iquitos.
Él se encontraba en la ciudad de Nauta, a 93 kilómetros de su casa, fue pasada de una de la tarde que se enteró de lo ocurrido tras la llamada de uno de sus vecinos. “Según me contó mi tía que es la única que estaba en la casa, el incendio inició en una casa junto a la nuestra y no dio tiempo para sacar nada del interior” contó.
Al momento de recibir la trágica noticia, junto con su familia en la ciudad de Nauta, estuvieron culminando la planificación para pasar juntos las fiestas de fin de año, que tenía como lugar de concentración su humilde casa, que se redujo a cenizas.
Vestido con un polo verde, un pantalón Jean y unos zapatos marrones, Paulo Mozombite contó que seguía con la misma ropa desde ayer (domingo 13 de noviembre) debido a que el fuego consumió todas sus pertenencias. “Así como estoy vestido, estoy desde ayer, porque no tengo más ropa para poder cambiarme” manifestó.
Pese al terrible hecho que lo dejó sin casa y sin pertenencias, Paulo aseguró que reconstruiría su vivienda con esfuerzo para nuevamente darle un techo donde vivir a los miembros de su familia, que está conformado por su esposa, su tía y sus cuatro cuñados, dos de ellos menores de edad.
En la misma circunstancia, varios de los damnificados aseguraban que esperan el apoyo de las autoridades con material de construcción para poder iniciar las labores de reconstrucción de sus casas. “Necesitamos que nos ayuden con algo de madera, calaminas y clavos, eso será suficiente para poder nuevamente construir nuestras viviendas” comentaron.
En total, fueron 23 familias, quienes se quedaron sin sus viviendas, luego del incendio que tomó casi dos horas ser controlado por parte de los bomberos, quienes pese a las dificultades en el acceso hacia la zona de emergencia, consiguieron apagar las llamas y evitar que la tragedia afecte a más vecinos.