Como peruanos y loretanos en general tenemos la obligación moral, los adultos impostergablemente, de conocer cómo funciona la inversión pública desde la recaudación de los impuestos, de cómo se distribuye de acuerdo a Ley de Presupuesto en los diferentes niveles de gobierno central, regional y municipal.
Pensamos que una de las principales razones por lo que la corrupción se ha generalizado tanto en el país, es la falta de conciencia entre todos y todas, de que los recursos con que contamos como Estado siempre serán insuficientes mientras carguemos con una deuda externa casi impagable.
Le debemos como Perú mucho a la Banca externa que es como el prestamista devorador del cual mucha gente no puede liberarse por los intereses asfixiantes, por decir lo menos. Y a pesar de esta dura realidad estamos malgastando lo que tenemos monetariamente, y lo peor, seguimos endeudándonos.
Hemos hecho de nuestra vida un mundo lleno de cosas que no necesitamos para salvar, justamente nuestra vida. Qué necesitamos básicamente? Salud (alimentación), conocimiento (Educación), herramientas (tecnología), y servicios básicos de calidad y al más bajo costo (agua, electricidad, conectividad).
Son temas que encierran otros sub temas que nos ayudarían a salir del sub desarrollo en el que nos encontramos. Es por eso que el dinero público tiene que ser analizado económicamente para ser invertido, en base a una política pública que apueste por mejores ciudadanos (preparados física, mental y en conocimientos), y en el impulso de proyectos que generen empleo y desarrollo sostenible (amigable con la naturaleza y tecnología), sin discriminación, con igualdad de oportunidades para todos y todas.
El grave problema es que a muchos peruanos no les interesa ninguna fórmula que nos lleve a un desarrollo compartido en lo que se refiere a la participación de los fondos públicos, porque se han apropiado, han secuestrado el poder económico estatal, además del poder político temporal.
Por eso, la enorme importancia de la vigilancia ciudadana, la vigilancia institucional, la vigilancia de los políticos que no llegaron al poder en estas últimas elecciones.
Tampoco debemos perder de vista que tenemos el escenario de lo privado que tiene sus propias leyes y reglamentos, aunque su participación en el escenario público y por lo tanto desarrollo del país debería estar más conectado y regulado, en el marco de la proyección a la comunidad. Por ejemplo con mecanismos legales como las Obras por Impuestos, en la premisa que en el país somos uno solo. Cada sector con sus deberes y derechos. Es lo normal en cualquier país súper desarrollado del mundo.
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