- Denuncian riesgo de colapso e inseguridad en su vecindario.


Los moradores del pasaje Gisela Rojas, ubicado en la parte posterior del cementerio Los Ángeles, en el distrito de San Juan Bautista de la ciudad de Iquitos, viven en constante peligro debido a la falta de un muro perimétrico en la zona.
Aproximadamente 300 metros del camposanto permanecen sin cercado de su perímetro, por lo que se ha convertido en espacio usualmente usado como refugio para delincuentes y personas de mal vivir, generando temor e inseguridad entre los vecinos.
Según los habitantes, la ausencia de un muro facilita el ingreso de ladrones, quienes aprovechan las horas en que los moradores salen a trabajar para irrumpir en sus viviendas y robar sus pertenencias. Además, el cementerio sin protección se ha convertido en un lugar utilizado para el consumo de drogas y bebidas alcohólicas durante las noches, aumentando la percepción de peligro en la zona.
El problema no solo radica en la inseguridad. La señora Rita Rojas, vecina del sector, denunció que la falta de un cerco adecuado ha provocado que algunos cadáveres terminen deslizándose hasta las huertas cercanas, una situación que además de ser impactante y alarmante, representa un grave riesgo sanitario para la comunidad.
Otro peligro latente es la presencia de serpientes y otros animales ponzoñosos, que han comenzado a proliferar en la zona debido a las condiciones del cementerio. «Nuestros niños están en riesgo. No podemos vivir con el temor de que en cualquier momento aparezca una serpiente en nuestras casas o que los restos humanos sigan deslizándose hasta nuestras chacras», expresó indignada la señora Rojas.
Los moradores han solicitado en reiteradas ocasiones a la Comunidad Campesina de San Juan de Miraflores, administradora del cementerio, la construcción urgente de un muro perimétrico que ponga fin a estos problemas. Sin embargo, hasta el momento no han recibido respuesta, por lo que exigen una próxima solución antes de que ocurra una tragedia.
La comunidad espera que las autoridades tomen cartas en el asunto y se priorice la construcción del cerco perimétrico, garantizando así la seguridad y tranquilidad de los vecinos que han vivido por años con esta problemática. Mientras tanto, la incertidumbre y el temor siguen latentes en la zona.
(K. Rodriguez)