El panorama no ha variado casi nada en relación a las medidas de protesta de diversos sectores laborales del sector estatal, por lo que una semana más de paralizaciones… sí importa, como importa que todavía no se haya dado muestras desde la actual gestión del gobierno central de acortar las brechas en cuando a política de sueldos se refiere.
Esa sensación que el sistema de gobierno es más de lo mismo con diferentes protagonistas, hace mucho daño a la credibilidad en cuanto a la gobernanza nacional. Es por ello que se entiende que la protesta tiene esos matices de resistencia por las grandes desigualdades en los montos que se perciben.
En el caso de los maestros, sector que tiene la mayor exigencia en cuanto a los niveles académicos, no acepta que tengan una titular del pliego sin título educativo, y cuya remuneración es altísima, claro, se dirá por la responsabilidad del mismo, y eso es razonable.
Sin embargo, es totalmente contradictorio a la política remunerativa que se aplica a los maestros del país, que se mide en la fórmula que cuanto más nivel académico tengas, ganarás más, pero para que ganes más, no basta, tienes que aprobar las pruebas que plantea el Ministerio de Educación.
Pero, pero, el otro asunto es que el docente se tiene que capacitar para los exámenes en condiciones de desigualdad entre ellos mismos, sea por el lugar donde trabajan, o porque las condiciones económicas precarias les impiden solventar sus capacitaciones. Es la situación de la mayoría.
Es por ello que dentro de las exigencias, aparte del aspecto remunerativo, también se contempla el tema de las capacitaciones y las pruebas que programa el Ministerio de Educación. Un portafolio que exige a su personal de menor nivel jerárquico los más altos grados académicos, pero a quien lo dirige, no le cae esa misma exigencia. Una total incoherencia.
Se espera que esta nueva semana del mes de agosto nos devuelva la tranquilidad y que nuestros hijos e hijas ya puedan asistir a clases. El tema también pasa porque en una época de crisis, son las autoridades políticas las que deberían dar ejemplo y dejar de ostentar sueldos que se pueden considerar hasta prohibitivos en coyunturas nacionales como las que atravesamos.