Turismo de Belén

Dese hace años que se ha ido visionando a la zona baja de Belén como un lugar, una parada de un determinado circuito turístico, y no porque se nos ocurriera o porque los del lugar así lo hayan pensado, nada de eso, es por el valor que le dieron los visitantes nacionales y extranjeros, que cuando llegaban a Iquitos querían ver ese pequeño pueblito donde las casitas balsas están sobre el río.

Así era Belén antiguo, casi todas las casitas típicas se levantaban con materiales regionales sobre la base de balsas. Era el atractivo, además de la forma de vida, de sus tushpas, de sus canoas, de sus peques peques (después), de su cotidianidad, con madres cocinando, lavando ropas, niños lanzándose a las aguas del río Itaya, cual delfincitos de río. Toda una maravilla de gentío fuera de lo común para el visitante.

Para nosotros los del centro de ese Iquitos antiguo, también resultaba simpático, sobre todo cuando de productos regionales se trataba, porque además de ser un pueblito atractivo por su esencia selvática, se fue convirtiendo en el centro de abastos más de la ciudad, donde casi todos compraban antes de que aparecieran otros mercados.

Desde entonces algunas personas extranjeras que ya vivían un tiempo por acá se preguntaban por qué las autoridades de turno no le dan su valor a Belén, se organiza a sus habitantes, se pintan sus casitas, se embellece con masetas con plantas ornamentales amazónicas, se organizan para paseos en canoa, que se realicen actividades que atraigan más a los visitantes y que signifique un ingreso para ellos y para mantener un lugar turístico, vivir de ello y cuidar este lugar con salubridad, etc.

Casi nadie se interesó y vio el potencial que tenemos como ciudad con diversidad cultural. A los de Iquitos de arriba como nos miran desde la zona baja de Belén, “poco le importa este sector”, comentan; pero otros más alejados ya le habrían hallado el potencial, pero desde otra óptica, sin ellos, sin los de abajo, sin sus costumbres, pero sí con el río, la naturaleza y el conjunto del paisaje que sería para beneficiar a otros turísticamente. Así de concretarse esto, la edición 1600 del semanario Kanatari, y su especial sobre Belén, registrará lo que no fuimos capaces de hacer por lo que somos y por nuestros intereses empresariales. Las autoridades regionales, provinciales, distritales y la ciudadanía, cargaremos con el peso histórico.