Comenzando por las concesiones forestales llenas de suspicacias, pasando por la revisión de las mismas y posteriormente la investigación de quiénes las otorgaron, se debería hacer un inventario de la cantidad de árboles que se han talado ilegalmente en nuestros bosques.
Mucho se habla de la conservación y la utilización racional de los recursos naturales, pero poco o nada se hace para celosamente cuidarlos para ponerlos a salvo de tanto depredador que nunca son encontrados y si lo son no les pasa nada y nadie sabe por qué.
Ahora, con la conformación del Tribunal Forestal y de Fauna Silvestre, será posible sancionar a todo aquel concesionario forestal que sobrepase los límites que otorga la ley para la extracción de madera, ya que este tribunal será el que resolverá en apelación las resoluciones del Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre, aplicando el Procedimiento Administrativo Único. Los miembros del mencionado tribunal serán seleccionados mediante concurso público.
Una severa investigación y determinación de las responsabilidades administrativas de los derechos de concesión es lo que el PAU hará en uso de sus facultades a fin de castigar las infracciones de manera ejemplar.
Inmensas áreas que ahora lucen como zonas desoladas como grandes claros donde antes estaba poblado de árboles, dice de lo mal que se ha manejado el programa de concesiones para la extracción de especies maderables.
La naturaleza no castiga al momento, hace que el tiempo pase para reaccionar con toda su furia. A eso estamos destinados, a sufrir las consecuencias de los daños ocasionados por los depredadores de bosques.