Hace más de diez años tocamos el tema cuando los llamados hospedajes empezaron a hacerse más notorios en nuestra ciudad de Iquitos, en los cuatro distritos que la conforman, donde las municipalidades empezaron a otorgar las licencias sin mayores controles a la actividad que declaran realizar.
Hasta ahora los motivos que se expresaron en el proceso para la entrega de las licencias de funcionamiento, no corresponden a la realidad, y esto se fue haciendo más visible ante los ojos de los vecinos que en su momento reclamaron por el respeto que se merecen como familias y por la protección de sus menores hijos e hijas que juegan en sus veredas y toda la calle donde habitan.
Pero, los reclamos quedaron debilitados porque las denuncias no prosiguieron y porque las autoridades ediles de las jurisdicciones lo siguen permitiendo. Hasta esta altura del escrito, ustedes respetables lectores saben a lo que nos referimos, puesto que muchos hospedajes con fines turísticos no cumplen con el rubro que señalan, se trata de una especie de “casas de cita” para encuentros sexuales de parejas.
¿En qué han convertido a nuestra ciudad de Iquitos?, están en muchas calles de zonas habitacionales para familias, están en zonas apartadas, pero que también es jurisdicción de casas familiares. Nadie dice nada, y nosotros después de años volvemos a tocar el tema. Es que parece que nos hemos vuelto permisibles a situaciones que luego nos enrostra como sociedad en descontrol. Puesto que a estos lugares también acuden menores de edad (con ese agravante), porque así lo permiten los propietarios, que evidentemente hacen lo que quieren.
Quizás nos callamos para que no nos digan “cucufatos”, que estamos exagerando, que las libertades en el mundo siguen esa línea, que somos excesivamente moralistas. Pensamos que estamos equivocados de pensar así, es que todo tiene que estar en su lugar, en su espacio, en el ordenamiento que corresponde a una ciudad que se respeta y hace respetar a sus habitantes, sí, porque es una falta de respeto (valga la redundancia), decir que se va dar servicio turístico y al final resulta “casa de citas”. Y que quede claro que quienes deseen asistir a ese tipo de lugares, están en su libertad de hacerlo.
Las autoridades municipales encargadas de velar por la tranquilidad y el buen vivir de los vecinos, no tendrían que seguir permitiendo que se lastime la dignidad de las familias, y que los padres y madres con vergüenza ajena, tengan que explicar a sus hijos e hijas de la forma menos lastimera de qué son en realidad esos mal llamados “hospedajes” que se han expandido como una plaga por toda la ciudad.
Todo en su lugar
