– Tanto árboles maderables hasta frutales como el aguaje se perdieron por capricho de la población
Continuando con este afán de mostrar a la población loretana de cómo nuestra ciudad se va quedando sin árboles y áreas verdes, comentaremos aquel episodio desagradable como fue la invasión y desalojo de las familias que ingresaron de manera abrupta a este espacio que servía de investigación y sobre todo que era un pequeño pulmón en nuestra ciudad para abastecernos de oxígeno.
De aquel terreno extenso de árboles totalmente verdes, que hacían un manto de vida y oxígeno, solo queda un terreno baldío, con algunos pocos árboles de madera como frutales, que por aquellos rezos de la madre naturaleza no fueron talados.
A raíz del ingreso de estas personas, que pugnaban por tener un techo digno donde vivir, generó toda una depredación abominable, sin importarles que una especie del reino vegetal también es un ser vivo y que éste a su vez, aparte de brindarnos oxígeno, también era casa para algunas especies del reino animal.
¿Reino animal? pues pareciera que cada día vamos actuando como personas ajenas a una conciencia, respeto, amor y sobre todo de raciocinio, actuamos por actuar o simplemente actuamos de cualquier forma por obtener algo sin importarles dañar una área de investigación y conservación.
Realmente, mantengo mi posición al indicar que estamos creciendo como podemos y como queremos, sin importarnos que debamos vivir en armonía con todo lo que nos rodea.
A ver, qué hacen las autoridades o los candidatos que pretenden serlo, en dar propuestas que ayuden a salvarnos de esta depredación de árboles en el casco urbano y de nuestra selva en general. (MIPR)
Terrenos del INIA después del desalojo: Solo un terreno baldío
