- Expresó el Prof. Aurelio Tang, profesional de gran trayectoria y aprecio entre los loretanos.
Hace poco cumplió un año más de vida y estuvo feliz rodeado de su familia y amigos más cercanos. Pasó la pandemia junto a su esposa y no tuvieron covid. Hoy ya cuentan con las dosis necesarias que protegen su organismo. Se conversó con él, de todo un poco.
Profesor ¿cómo ve la situación política en la región, con ex autoridades en el penal y con pedidos de prisión preventiva para varios funcionarios de instituciones públicas de Loreto?
-Lo que me gusta ahora es que quien viene administrando la esperada justicia en Loreto, son mujeres. Son ellas las que están haciendo renacer la esperanza de que en Loreto sí existe la justicia. Antes cuando hablábamos con algún juez para preguntarle el por qué no hacían justicia frente a tanto atropello contra Loreto, nos decían que el debido proceso, que acá y que allá, tantas vainas.
A nivel de Lima todos los presidentes están siendo investigados. ¡Por Dios! ¿Qué ejemplo les estamos dando a los jóvenes? Mira los partidos políticos como están. El APRA prácticamente ya no existe, parece que se fue con Alan. Toledo nos engañó, es decir a todos los presidentes. Es una incógnita por qué pasa tanta corrupción en el poder.
¿Hay esperanza para Loreto?
-La educación, la educación. La política es la ciencia y el arte de lo posible. Eso me enseñaron. Cuyo objetivo principal es buscar el bien común. El bien común material y espiritual de la población. Lo que ahora vemos no es política, es politiquería y la ejecutan los “policastros”.
Lo que queda es mantenernos, resistir. La libertad que uno tiene o bien la haces lucir como las estrellas o la estrellas por los suelos. Cuando Vásquez estaba empezando en política venía a casa a tomar el desayuno. Cuando entró al poder, al gobierno, se hizo “pavo real”. Así es, el dinero los transforma. Y no es el único caso, he conocido a muchos.
De otro lado. ¿Cómo pasó la pandemia covid?
-Como muchos, muy preocupado. No nos dio, nos cuidamos bastante, ahora ya tenemos nuestras dosis completas. Muchos amigos y conocidos murieron. Empezando por Oraldo Reátegui, Felipe Sánchez, que siempre me entrevistaba en su programa de televisión. Un amigo de la Unap de apellido Zúñiga, con quien jugaba basquetbol en la universidad, entre muchos otros.
Todo ello nos hace pensar que se nos adelantaron. Todos nos vamos un día y no nos llevamos nada porque todo tiene un inicio y un final. Quedan los recuerdos, eso sí. (Concluye Tang).
Nos habla el hombre con 8 décadas encima, al que solo escuchamos como un alumno a su maestro. Nos invita a pasar al fondo de su casa para mostrarnos, una vez más, sus amadas orquídeas, las plantas de tomates, frijoles, gallinas de cría y un cajón con abejas de las que sale una miel rica. Como la vida misma. Aunque a veces nos sorprenda un aguijón que recuerda que no todo es tan dulce en ella.





