Solidaridad ante la desgracia

Humanamente, todo acto que deja saldos trágicos, sobre todo en hogares de escasos recursos, causa conmiseración y pena dadas las  circunstancias y saldos penosos que resultan de hechos motivados por negligencia punible o irresponsabilidad individual o colectiva, personal o institucional.

Lo sucedido en la madrugada del miércoles pasado, al naufragar una lancha plena de pasajeros y carga, merece desde ya, una prolija investigación que denuncie con el sello de la verdad, quién o quiénes son  los responsables directos de un naufragio que deja hasta el momento (36 horas de ocurrido) un saldo de 12 fallecidos y más de 120 sobrevivientes.

En los primeros contactos con las autoridades y la prensa, se buscaba encontrar a  los responsables de la tragedia; sin embargo, ha sido necesario que suceda este doloroso episodio para que recién estemos enterados que quien ordena el zarpe de una nave  sea cual fuere su categoría dentro  de la estructura civil, es la entidad denominada «Autoridad Portuaria Nacional», APN es su sigla institucional; y que fue la entidad que asumió una responsabilidad que antes correspondía a la Capitanía de Puerto, esto es ordenar el zarpe oficial de toda nave que salga del puerto de Iquitos. Tal fue la manifestación del Contralmirante Rodolfo Reátegui Rodríguez Comandante de la V Zona Naval.

Al margen de las investigaciones y responsabilidades que devengan de las mismas; aquí queremos precisar y encomiar todos los actos de solidaridad y apoyo presentados dentro  del desarrollo de la tragedia; comenzando por los habitantes  del poblado de Santa Rosa que aún arriesgando  su seguridad personal, se lanzaron al agua a prestar  su auxilio a los náufragos  que pugnaban por salvarse. A ello se suma el inmediato auxilio brindado por  la Comandancia General de Operaciones de la Amazonía, que en un gesto nunca antes visto, brindó sus naves e instalaciones para transportar y acoger las víctimas de tan infausto acontecimiento. Merece mención también la presencia en el lugar del siniestro,  de las dos principales autoridades de la región  y del ministerio Público.

Posiblemente hayamos omitido involuntariamente a alguna persona o  entidad que también brindó su aporte, les pedimos disculpas y agradecemos en nombre de los deudos y los náufragos que se salvaron,  su eterna gratitud. Lamentablemente, dentro de tanta corriente de solidaridad,   deploramos un acto del que da cuenta un medio local, sobre la ingrata orden emanada de una autoridad de salud, que según la nota informativa  del citado medio,  ordenó no brindar atención a los sobrevivientes y menos recibir muertos en todas las instalaciones de los establecimientos de  salud de Iquitos; causó  zozobra a los damnificados. Investigaremos este caso.