Pensamos que nos falta repasar un poco sobre el aspecto político local y regional, empezando sobre la responsabilidad que cada ciudadano tiene para participar desde donde se ubique por el desarrollo de su comunidad, pueblo, ciudad, y en general por la región Loreto.
Decimos esto porque en el reciente taller de capacitación de la PCM dirigido a las autoridades electas donde asistieron una treintena de alcaldes que entrarán en funciones el 01 de enero de 2019, se habló de las responsabilidades con la salud ligada a la mejoría de condiciones de nuestra infancia en torno a acciones para disminuir la anemia y la desnutrición.
Y por supuesto que este problema social no tienen por ningún lado que se le mire “tintes políticos”. Sin embargo, no todos lo entienden así y cuando asumen una responsabilidad de poder político, asumen que fueron elegidos para gobernar a favor de su militancia, simpatizantes y amigos de la agrupación, casi todos identificables.
Ese pensamiento se puede advertir en diversas posturas de las autoridades, partiendo de que cada gestión va dejando gente militante aumentando la burocracia, pero porque ciertas leyes laborales lo permiten hasta cierto punto, amén de las interpretaciones para conseguir ese despropósito que va destruyendo por dentro las instituciones por la carga al insuficiente presupuesto que les dejan.
Sucede casi con todas las gestiones sea regional o municipales, unas más notorias que otras, como la de la gestión regional pasada que aumentó significativamente la burocracia en el Gorel y ojo que nos parece bien que se genere empleo, pero las entidades del Estado están saturadas y los logros no reflejan mejorías por el aumento de personal.
Lo que se debe entender es que las gestiones que llegan por el poder político tiene su personal que está de paso por la institución para cumplir trabajando por el período legal que estable la ley electoral, no para pretender quedarse permanentemente, y eso es algo que los mismos titulares del pliego alientan erróneamente.
Otro aspecto que tiene directa relación con el aspecto político es que quien entra a gobernar debería tener bien claro que el proceso de elecciones ya pasó y que por adelante queda el gobernar para todos y todas “sin tintes políticos” y no debería extrañar, sino más bien sumar una relación con los políticos que fueron contendores, con los académicos, con los investigadores, con los gremios, con la fuerza espiritual que representan las diversas iglesias, y con el pueblo en general, tan solo identificándonos con nuestro deseo que todo salga bien y que los planes de gobierno y las políticas de desarrollo avancen gestión tras gestión, y dejen de alterar procesos torpemente porque el anterior lo hizo. Es hora de madurar políticamente.