Semana de protestas

Después del largo fin de semana de reflexión en el marco de la Semana Santa, se nos viene una semana de protestas desde los trabajadores del sector público, aquel segmento de servidores del Estado que desde hace varias décadas vienen exigiendo mejoras salariales, e incentivos propios de la función que desempeñan, a la vez que exigen capacitaciones y modificaciones o rechazos a leyes como la Servir que propone mejoras en el servicio que brindan al país y a la ciudadanía.
De hecho, el sector público desde las instituciones que la representan tienen una serie de problemas, las mismas que se expresan a través de paralizaciones como las que tendremos durante esta semana, todos en sí servidores del Estado, que a lo largo de los gobiernos de turno no han podido ver satisfechas sus demandas por una serie de factores.
En sí el tema es por demás complicado, pero ya es tiempo que las autoridades de turno desde el más alto nivel y con mucha seriedad y respeto a quienes brindan sus servicios en los diferentes sectores públicos, realicen una reingeniería, por decir una palabra que se aproxime a cambios estructurales en un sistema laboral que cada vez se muestra más engorroso.
Empezando que en el sector estatal tenemos diversas instituciones que cumplen funciones generales y específicas por la naturaleza de sus funciones, cabe la propuesta surgida del sector justicia, de tener su propia ley de la carrera judicial teniendo como base a la ley del servicio civil, obviamente con las particularidades propias de la entidad administradora de justicia. Esto podría ser la solución a la diversidad que los gobernantes no logran unificar en la política salarial, por ejemplo.
Los docentes tienen su propia ley de la carrera pública magisterial y su escala de remuneraciones, así de la carrera judicial, de salud, policial, militar, de docentes universitarios, etc. Ojalá fuera una salida definitiva al eterno problema que desde los gremios sindicales afloran, con razón o sin razón, esto tiene que tener un fin justo, equilibrado, propiciado desde el Estado.