Iquitos está viviendo un clima de tensión debido a la terca posición de los vendedores de la llamada «feria navideña», cuyos dirigentes, que más parecen agitadores, se han metido en la cabeza ocupar a como dé lugar cinco cuadras del jirón Próspero.
Eso es peligroso y preocupante para el común de las gentes, que no queremos pasar una Navidad rodeada de amenazas, lo que traerá como consecuencia lógica la intervención de las fuerzas del orden, que no por nada portan la vara de la ley, marrocas y armamento diverso como lanzadores de gases lacrimógenos, fusiles que disparan balas de goma y otros simplemente balas.
Por lo pronto, un número importante de efectivos de la DINOES ya están en nuestro medio para garantizar el orden en estos días de tensión. Estos agentes de la policía antidisturbios no se andan con medias tintas, porque de ellos depende disuadir a quienes propicien o cometan actos vandálicos contra la propiedad pública y privada y la seguridad de las personas. Eso por un lado.
Por otro está la seguridad que la PNP deberá ofrecer a los vecinos durante las celebraciones navideñas y de fin de año, donde los amigos de lo ajeno estarán al acecho de sus víctimas, los asaltantes tendrán en la mira a sus posibles víctimas, especialmente aquellas que se sobrepasen de tragos y que tomen vehículos que podrían ser perseguidos por los facinerosos. Para evitar estos ataques, quisiéramos estar seguros que el Alto Mando de la policía de nuestro medio, ya habrá tomado las medidas correspondientes y haya desplegado un abanico de personal de inteligencia por todos lados a fin de captar información de los planes que tiene la delincuencia para esos días de fiesta.
Lo que esperamos es que el plan de prevención sea aplicado en sus más mínimos detalles, a fin de poner en jaque a quienes son un peligro para los demás.