Sector educación al rojo vivo

Evidentemente  que el sector educación, desde hace algunos años, se ha convertido en una suerte de material altamente inflamable que a la menor chispa se enciende y explota como una masa previamente rociada con gasolina. A través de muchas gestiones ministeriales y regionales, se intentó de alguna manera sofocar este fuego utilizando equivocadamente el aislante de sus buenos oficios, logrado solamente avivar este fuego.

 

Es que el sector educación está controlado por un sector de izquierda que aún no ha desaparecido en nuestro país, a pesar que el mundo ha echado  por tierra las ya superadas ideas de Marx y Lenin. El siglo XXI es tiempo de globalización e integración en busca de paz y el desarrollo de la comunidad internacional, desterrando el totalitarismo en cualquiera de sus formas.

 

Los esfuerzos realizados por mejorar la calidad de la educación, rápidamente han tenido la respuesta del gremio a través de sus organizaciones que salen a defender sus banderas con o sin razón, que no permite llevar a cabo una selección limpia y transparente de quienes, obligatoriamente, deben ser permanentemente evaluados a fin de no exponer a nuestros niños a maestros que no garantizan calidad en sus enseñanzas.

 

En  uno y otro lado,  tanto del sector oficial como de la parte gremial hay intransigencia, intereses y posiciones confrontacionales.  En los últimos días en Loreto estamos asistiendo a observar  el triste espectáculo protagonizado por la autoridad educativa regional y el sector gremial. Por una parte, la directora regional de educación está envuelta en denuncias de nombramientos sumamente cuestionables con serias acusaciones que van desde designaciones hechas en clara violación de la normatividad, designando a personas que no tienen los requisitos de ley. Se habla hasta de favoritismo familiar.

 

A todo eso se suma a un gran descontento, como el que se registra en Requena a consecuencia de la presencia de un funcionario que no goza de la simpatía o al menos, aceptación del profesorado de esa provincia. Hay que recordar que nunca las imposiciones han sido bien recibidas, en ninguna parte; así como tampoco se debe permitir exigencias de simpatías de ninguna clase, pues resulta imperativo el respeto del principio de  autoridad. Todo exceso, venga de donde venga, es negativo.

 

La arrogancia y la intolerancia lleva a reacciones violentas que bien puede llegar a situaciones incontrolables. ¿Quién agarra esta papa caliente, quién se atreve a meter las manos al fuego en un sector por demás conflictivo? Por el momento nadie, pero alguien deberá hacerlo; caso contrario los padres de familia y los educandos se llevarán la peor parte, puesto que mientras los maestros en vez de enseñar se dedican  a marchas, protestas y huelgas, buscando solucionar sus problemas existenciales, dejando de lado el apostolado de la educación.