• Nuestra sociedad iquiteña y loretana en general que tiene mucho que descubrir sobre nuestras riquezas.
La reunión en un salón lleno del hotel DoubleTree by Hilton en el centro histórico de lo indígena y glamoroso Iquitos, sobrepasó nuestra expectativa y trataremos de resumir desde el impacto de la gastronomía, el emprendimiento y el arte, que contó con la presencia de Christian Bendayán Zagaceta, ganador del Premio Nacional de Cultura, y otros exponentes del espacio cultural local y nacional.

La invitación del representante de la asociación “Iquitos Cultural”, Jorge Linares Peña, al evento denominado “Rostros y Huellas de la Amazonía” sonaba a experimental y terminó sorprendiéndonos gratamente como comunicadores y como parte de esta sociedad iquiteña y loretana en general que tiene mucho que descubrir, como nosotros, de toda la riqueza que tenemos en nuestra región, o quizás redescubrirnos con la historia.
Dicho sea de paso, Jorge Linares, como indesmayable gestor turístico y cultural con más de 35 años de experiencia, muestra que sigue caminando y navega por los diferentes rincones y ríos de la selva profunda. Su trayectoria como gerente hotelero, profesor universitario y director de turismo de la región Loreto, le viene brindando paso firme a estos interesantes propósitos de resaltar lo amazónico a través de diversos proyectos como lo que tratamos en esta nota.
La reunión con la presencia de reconocidas empresarias loretanas, estudiosos, artistas de Iquitos, gente vinculada al turismo, fue como una pasarela del buen gusto y paladar. Así José Antonio Nogueira Paz, chef del restaurante Ikitu, hizo gala de su “Ceviche con leche de tigre de masato”, “Casabe crocante con guiso de majaz al tucupí”, “Puchucuy con gel de kawana y piel de suri”, “Boliyucas relleno de cecina y chorizo con costra de fariña” y “Pastel de yuca con tartare de paiche y mayonesa tucupí”.
“De los platos que preparamos algunos los tenemos en la carta, pero dentro de dos meses habrán más, con insumos originarios bonitos como la `hormiga limonera´, muy rico, solamente que no se conoce, y nosotros estamos en este proyecto para difundirlo”, señala con satisfecho chef Nogueira.

Hizo referencia a un preparado donde estaba el Suri pero no parecía: “Si, era una galletita de suri que le hemos orneado, le hemos pasado por azúcar, le hemos sacado la cabeza para que se lo puedan comer, porque mucha gente lo ve completo y no quiere comer”….(risas). Es que eso pasa, pero luego de saborearlo todos concluyen que es sabroso.
Manifestó que este proyecto le toma varios años de investigar sobre los insumos amazónicos, para ponerlos en valor, y también que se hagan más populares los insumos que son originarios de nuestra cocina indígena. “Esta investigación lo hacemos con nuestro propio presupuesto toma bastante tiempo y a veces llegamos a lugares muy inaccesibles de nuestra Amazonía”.
Estuvo también a quien podríamos decir “la reina del Puchucuy” que ha contribuido a que se mantenga vigente este potaje selvático, ella es Mery Asipali Tina, oriunda de Nauta, vive hace años en Iquitos, y se encuentra feliz. “No te imaginas cómo me siento de ser reconocida por mi esfuerzo después de veinte años de trabajo, para mí es una bendición de Dios en primer lugar, sin él no somos nada, y todo lo que me viene sucediendo desde que yo sufrí una desgracia el 2002 me quedé en la calle luego que se incendió mi casa, empecé de cero, sin nada”. Así empezó su emprendimiento con el Puchucuy, que aprendió de sus abuelitos, ahora trabaja con sus hijos en la panadería donde hacen variedad de productos, pero el Puchucuy es el producto bandera reconocido a nivel nacional, y ahora abastecer el restaurante que lo pone como insumo.
Lo que ha complementado este desfile de sabrosa gastronomía, es combinarla con la exposición artística, luego que nuestra primera actriz, Marina Díaz, dedicara un poema al Amazonas, para después entrar en escena Valeria Rodríguez Oré, 28 años, pintora y escultora, estudió en Iquitos en el colegio FAP, luego en Lima y sus estudios superiores de Administración.
“Yo soy artista visual y ceramista desde el 2019, siempre pinté, siempre me gustó dibujar, empecé esta carrera haciendo dibujos y cuadros, luego tuve mi encuentro con el barro, dejé de pintar un tiempo para aprender a ser profesional en cerámica. En mi trabajo de pintura siempre va estar presente el jarrón como un símbolo mío porque el jarrón es cuerpo, territorio, representa muchísimas cosas, también porque muchas culturas amazónicas lo utilizaban como una tumba, un contenedor para unir lo espiritual con los que estamos acá en la tierra”. Así, gastronomía, emprendimiento, pintura, escultura, mirada empresarial y visión turística, se juntaron para avivar rostros y huellas culturales de nuestra amada región Amazónica. (Diana López Meléndez)





